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MI LANPODCAST #42 EXPLORO EL MODO EN EL QUE EL NEO-LIBERALISMO USA A LOS ARTISTAS COMO MODELOS DE FLEXIBILIZACIÓN LABORAL
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En CLASE URBANA (ARTE Y GENTRIFICACIÓN), Martha Rosler cuenta cómo el movimiento urbano de viviendas sustentables empezó como un conjunto de iniciativas individuales inconexas para adquirir casas deterioradas y terminó siendo encauzado por el gobierno y las inmobiliarias como una manera de recolonizar los barrios y expulsar a los más pobres. «Los sectores inmoviliarios interesados y sus operadores en la prensa denominaron a menudo a estos nuevos residentes de clase media “pioneros urbanos”, como si los viejos barrios pudieran concebirse de acuerdo con el modelo del Lejano Oeste.» (Buenos Aires, Caja Negra, pp. 88-9). Cuando las comunidades amenazadas empezaron a resistir, el proceso cambió de nombre: GENTRIFICACIÓN.
En CABA hemos visto avanzar procesos similares desde la conversión de los viejos diques del puerto en Puerto Madero y la proliferación ridícula de Palermos hasta los nuevos lofts en Barracas y La Boca, el centro cívico en Parque Patricios (único en Sudamérica, según el sitio oficial del gobierno), el inminente Ministerio de Educación en medio de la Villa 31, el polo cultural en lo que era el Corralón de Floresta, etc. «La cultura es la mercancía que vende todas las demás», decían los situacionistas. En el agotamiento económico que financia es marco de valorización espacial emerge la propuesta de Enrique Avogadro analizada por Cañete en LANPODCAST #42.
En su catecismo político EL GRAN RESET, Richard Florida explica: «El arte es un elemento fundamental del motor creativo de la economía. La economía se beneficia de la sinergia entre el arte, el diseño y el conocimiento tecnológico, que da lugar a todo tipo de bienes y servicios novedosos. Una breve lista de los productos creados por esta dinámica intersección entre el arte y la ciencia en los últimos años incluiría el iPod, los videojuegos, los blogs, los libros electrónicos, los estudios de música virtuales y las universidades en línea. Si queremos que este tipo de tecnología y estas nuevas industrias avancen, tendremos que dedicar menos tiempo y esfuerzo a rescatar y estimular la vieja economía, y mucho más a construir la nueva» (Madrid, Paidós, 2011, pp. 181-2).
Esa amalgama confusa entre «el arte» y «la nueva economía» (que devendrá posteriormente en la «clase creativa» del LANPODCAST #42) observa un proceso real: artistas que adoptan estrategias empresariales, que evalúan su éxito no en términos de valoración comunitaria sino en términos de fama y dinero personales. De tal manera que la cosa se invierte y lo importante pasa a ser todo aquello que se pueda vender como si fuera arte (acá se podría inscribir la perplejidad de la artista con la que conversa Cañete en #42): no importa la formación y la experiencia que un artista haya incorporado individualmente; importa la realización en el mercado (la venta efectiva) del valor social puesto en el producto equis llamado en cada caso «arte» (desde un mural a una charla TED, desde un canal de YouTube a una fiesta de casamiento simulada por actrices y actores). Entonces el LANPODCAST #43 enuncia sus inquietudes acerca del arte, la juventud, la creatividad y la crítica al orden establecido: ¿sigue siendo posible la conjunción de esas cuatro cosas?
En una escena de DO THE RIGHT THING (Spike Lee, 1989), un rubio llega en bici al barrio en que transcurre la película (poblado de negros, latinos, italianos, coreanos… pero ningún rubio) y mantiene un pequeño altercado con un grupo de negros; el rubio entra al edificio donde vive y uno de los negros reflexiona en voz alta: «Motherfuck gentrification!». El subtitulado en Netflix dice «¡Burguesía de mierda!».
En la página 216 del citado libro de Martha Rosler, ella escribe: «Florida dice “gentrifiquemos”; nosotros decimos “ocupemos”».