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EL LANPODCAST DE ESTA SEMANA ES PARA EL CORONAVIRUS EN EL CONO SUR
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Cómo representa prepotencia del que no sabe.
Qué tremenda actriz!
Y más!
Porque no solo sabe ajustarse a un guion e interpretar sino que desde su lugar de artista hace cuestionamientos y piensa como bajarlos.
Genial!
La amo a la Vero, Gambas al ajillo
La amo.
Nos representa.
Acá Alicia de Arteaga escribe lo que tuvo que vivir para poder volver a Buenos Aires https://www.lanacion.com.ar/sociedad/coronavirus-volver-medio-guerra-nid2349016
Que reporte choto. El 29 la trajeron? Es medica? Tiene coronita?. Porque hay que pagarle el hotel con dinero del estado?. Que llenen los hoteles con gente sin hogar y con todos los que viven en condiciones inseguras.
Cuanta profundidad …..me la imagino en Gare del Est esperando el TGV a punto de vomitar porque esta rodeada de gente comun …TILINGA
VIRUS QUE MUTA ES MÁS INTELIGENTE QUE EL ESTADO
La Alicia tuvo mucha suerte!
En mi caso, pasaron 10 días entre que pedí y obtuve un balde, guantes, un trapo e hipoclorito (y tuvo que mediar un oficio de la Defensoría de BA).
Tuvo suerte también de que le dejaran alimentos, y encima que no fuera en el piso.
Y también la tuvo por conocer con antelación y certeza la procedencia del pasaje, y de saber que viajaba con gente -al menos- asintomática.
Y digo “al menos” porque en el caso del Buquebus, además de Luca Singerman, ya dio positivo el hisopado de gente que -al parecer, estaba asintomática- en ese mismo ferry.
Por cierto, ya hay muchos casos asintomáticos por acá: El único síntoma es que pierden el olfato… y curiosamente, eso es algo a lo que el Estado y su maquinaria no pueden acceder, ni detectar.
El termómetro no corre para todos los casos y, salvo que se pongan a hisopar a todo el mundo, será difícil de detectar la presencia del virus.
Y volviendo a la Alicia, tuvo suerte de poder regresar así de rápido de Europa. A mí, cruzar de Colonia (en un momento en que no había casos autóctonos ni aislamiento social obligatorio), me llevó 10 días (y hablo solo desde que salí de casa a tomar el primer ómnibus, hasta que llegué a los arrabales porteños, después de haber sido negligentemente expuesta a una persona que ya estaba enferma, o con sospecha de estarlo).
Jajajajaja