Creo no sorprender a nadie al decir que ‘Sky Rojo’ de Alex Pina es una aberración hecha con nervios y a las apuradas para tratar de empalmar en el éxito previo de ‘La Casa de Papel’ transformado en un híbrido de Tarantino y Hustlers de JLo. De entrada, se percibe la energía transgresora que pretende subirse a la ola feminista pero que, en realidad, acaba siendo una gran apología de la atomización distópica del tipo de ‘Los Juegos del Hambre’ pero sin siquiera poder imaginar su consistencia narrativa.
Los diálogos son directamente ofensivos por lo poco inteligentes. En un momento, Lali Espósito grita hacia arriba: ‘Señora, a su esposo le gusta que le rompan el orto’ y al final de el mismo episodio (el primero) vuelve a usar el ano como (no)metáfora para decir: ‘por lo menos, hoy no nos rompieron el orto’. Por lo menos, hubieran usado algún sinónimo. Además, el placer casi catártico de pronuncial las palabra orto y culo por parte de Lali Espósito dan como ternura. Las pronuncia como si fueran su pasaje a los Emmy. Ese es, basicamente, el nivel de todo y el color azulado humedo de todas las tomas dan la impresion que efectivamente estamos en un inodoro de baño público.
Toda la narrativa es una adptación de Tom y Jerry pero más infantil y sin la profundidad del original. El orden de las figuras se invierte permanentemente y el detonante es el asesinato de un proxeneta que no convence a nadie de ser malvado por una prostituta que no le gusta que le cobren las bombachas que le compran. I am not joking. La manzana de la discordia es muy poco dinero lo que coloca el motor de la historia en un punto muy bajo como si estuvieran immersos en una fantasía de empleado precarizado en tiempos de neoliberalismo post-sindical (desde ya, no hablamos de la Argentina sino de Europa) en donde la única posibilidad de resolver el conflicto laboral es asesinar al jefe, algo que jamás se le ocurriría a Lali Espósito quien, en lugar de eso, se casaría con el asesinado. La cuestión es que por matar al muchacho en cuestión, se desata un escape y persecusión que, en muchos momentos, rememora patéticamente a Thelma y Louise. Dicho de otro modo, hacerse respetar en cuestiones laborales y contractuales, en esta serie, equivale a suicidarse. Es aquí donde la serie da un giro de 180 grados y se vuelve muy reaccionaria.
Y es ahí donde entra la cuestión feminista ya que mientras se glamoriza la violencia y la droga se pretende vender una idea de sororidad que es un retroceso de cualquier intento de visibilización de la causa. Una de las protagonistas roba ketamina de un veterinario que opera a una colega embarazada ante el pedido de ellas que no quieren llevarla a un hospital porque… obviamente… son asesinas. El veterinario accede a operarlas porque es cliente de ellas y de no hacerlo, Lali Espósito lo amenaza con el alarido supuestamente feminista del comienzo de este párrafo: ‘Si no la operas, le digo a tu esposa que te gusta que te rompan el orto’. Desde ya, para Lali Espósito y para Alex Pina no existe siquiera la remota posibilidad de que a la mujer le guste que a su marido le rompan el orto. Esto tambien significa que para Pina y la serie, un heterosexual no permitiría jamás que le rompan el orto porque es algo condenable. Siguiendo esa lógica, ser pasivo en una relación homosexual coloca al sujeto que recibe el falo en un lugar de desventaja. Lejos del polimorfismo o de poner en cuestión las identidades de género y aceptar la fluidez del gusto sexual, la serie tiene la apertura mental de un barra brava. No, perdón, se coloca aún más a la derecha del barrabrava.
Las intervenciones en off de las narradoras son insoportables por su edulcoramiento y el modo en el que la música es usada es lisa y llanamente inexplicable ya que en medio de una escena aparece un tema que nada tiene que ver con ella. Es como si la intención de la musicalización fuera la de descolocar al espectador en todo momento lo que va contra el guión en su conservadurismo paralizante. La selección de temas (El Cigala, Camarón de la Isla, Ginebras) es buena, el problema es que no hay criterio curatorial. Es como si las insertaran al azar.
Yo diría que Sky Rojo es precisamente eso: un ejercicio de azar, profundamente ambicioso y cuya vocación estetizante ni siquiera parte de una remota idea de sí mismo como producto cultural. Es tan fragmentaria y tan incapaz de ser articulada desde un nucleo temático o etico específico que acaba siendo un pastiche de intenciones, cuestiones, registros y hasta temas musicales. Los diálogos parecen twitteos de tan cortos, unitarios y limitados. La música es tan discordante que hace que sea ya no un pastiche esteticamente armado como tal sino un intento de desarme de cualquier intento de construccion de sentido. Las alusiones funcionan del mismo modo atomizado. Hay algunas que remiten a Pulp Fiction, otras a El Lobo de Wall Street con Perfect Day de fondo como en Trainspotting. Dicho de otro modo, la diferencia entre Tarantino y Pina es que el primero hace referencias novedosas mientras que Pina vuelve una y otra vez a los mismos lugares comunes sin razón aparente mas que el efectismo.
Lo que mas me interesa del proyecrto es el fracaso total de toda relacion humana de ser minimamente convincente. Si bien se presentan como solidaridad, son tan frías que acaban siendo digeridas como falsas y egoistas. Pina no puede generar empatía. Sencillamente no está en él. El nivel de frigidez emocional es equivalente al de un té a las tres de la tarde de esos en los que Wally Diamante presenta una ‘propuesta’ de cacharros decorativos de alguna ricachona en Punta del Este. Un mequetrefismo papanata insoportable. J A T
EL LANPODCAST DE ESTA SEMANA ES PARA EL NUEVO DOCUMENTAL DEL PARAKULTURAL COMO CORRECTOR DE ESE ELOGIO AL NEOLIBERALISMO QUE SON LOS Copacabana Papers
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No llegué ni al minuto 10 de esta serie. Aplausos Rodrigo que soportaste verla toda para hacer esta crítica tan acertada.
P.D: Cuando veo el Top 10 de las series más vistas en Argentina me dan ganas de llorar.
lo más interesante de todo esto es tu reseña
Y si netflix está desesperado, todo los días sale una plataforma nueva que se lleva pa su casa lo que antes veiamos por netflix.
De las producciones propias son muy pocas las que están buenas y evidentemente ellos decidieron que es más solvente quedarse con esa porción de su público más mediocre.
Y de Laly que decir, es un producto tan barato y prefabricado que los que la consumen le aplaunden con las nalgas que diga “orto”, recuerdo que por contratos con cris mo y perspectiva de público teen hasta no hace mucho no podía hablar de sexo y ahora que puede y quiere ni sabe como hacerlo.
No sé, estás chicas parecen nacidas y criadas en cuarentena…
Que geniales todas estas reseñas, esta es una escena verdaderamente mal actuada, aprendan:
https://m.youtube.com/watch?v=7qkmPbBjOz8
Coincido con Operadora y agrego que no me llevo por ” Top 10 de series en Arg.”, sé que en esos casos tengo que elegir otra cosa, buscar algo que mas interesante y tengo claro que no es la Espósito y/o novelas, productos argentinos y mucho menos que vengan con discursos boludos y vacíos.
Saludos, Rodrigo
BTW La reseña estuvo genial, apunta a un público al mismo nivel del producto que ofrece.
No esperaba otra cosa de “Lali”, el nivel.
Netflix ofrece muy poco, casi nada interesante.
Si no la operas, le digo a tu esposa que te gusta que te rompan el orto’.
Qué miseria. Zzzzzxx
Zzzzzzzzz, zzzzzzz
Mi preferido sigue siendo Carlos Boyero pero Cañete reviews es excelente. ¿Vieron Gomorrah (la serie)? El polo opuesto total
Vi el trailer y un par de críticas. Parece un producto de Cris Morena con temática prostitución. Todo muy cliché y heteronormativo. Todas putas lindas blancas y bien vestidas y proxenetas heteronormativisimos. El argumento es muy Cris, tipo, saldremos adelante es un mundo de fantasías pero de prostis todo muy distorsionado y lejos de la realidad.
paso.
Hola Rodrigo el Galo no es el órgano sexual . Saludos.
La mejor promo de Sky Rojo es tu crítica, ahora quiero verla para cagarme de risa .
Lali no puede evitar hacer de esssha misma, que queres?!
mammita, tan haciendo malabares en netflix para competir contra los chinegros hindi que construyen casas con cuchillitos en youtube.
Aguante 20 minutos el primer episodio y parece un clip mal hecho de Rosalía. (BAGDAD)
La única expresión facial de Lali parece ser la cara de orgasmo….
Esto escribió LUCAS ASMAR MORENO el Lunes 05 de abril de 2021 – 11:26 en el diario La Voz del Interior (Córdoba), sobre Lali Espósito:
El 17 de marzo, Lali Espósito retuitea a una fan que expresa su éxtasis porque gracias a Sky Rojo, la artista dejará de ser apreciada nacionalmente para ser abrazada por todo el planeta.
Lali es una actriz combinada con canto y baile, al estilo Jennifer López, Chayanne o tantos otros latinos envasados para su exportación. Estuvo en tiras de Cris Morena, en algunas películas nacionales y sacó un puñado de discos.
El problema de Lali, o su curiosa desgracia, es que supera la media de estos artistas seriales. Lali actúa, canta y baila bien. ¿Muy bien? De ningún modo. La estructura de sus canciones o su impronta actoral no revolucionan la escena, pero se ejecutan con carisma. El talento de Lali existe como la luz blanca de una sala de espera o de un edificio municipal.
Shot de carisma despistando la veracidad del talento. Cuando un caso es dudoso, hay que estudiar los comportamientos mediáticos. Lali se muestra suelta, desfachatada, graciosa, con ademanes microscópicamente tumberos, encarnando así una faceta populista en las antípodas del neoliberalismo de Tini Stoessel. El populismo de Lali, quizás inconsciente, será la llave del éxito.
Como buena populista, Lali ofrece generosas notas en programas surtidos y se presta para lives en Instagram. Goza del insólito padrinazgo de Marcelo Polino y no le teme a programas sensacionalistas como ShowMatch. Su astucia para mover primero la ficha en el tablero mediático y no perder el control es admirable.
Como buena populista, Lali utilizará su influencia para hacer beneficencia poliforme: desde campañas sobre bullying, reciclaje, VIH hasta Covid-19. Lali es tan populista que se transforma en una transparencia absoluta, sin misterio, siempre lista para decir lo que queramos escuchar.
¿Es posible que Lali, como una supernova a punto de estallar, devenga en agujero negro, o que consolide su dinastía y reemplace a Natalia Oreiro? La respuesta está en la evolución de su fandom, o más bien en la supresión de este fandom, traición que jamás inquietará al buen populista. Existe un ciclo generacional que la industria sabe prever, reperfilando los públicos y eliminando a los inservibles.
El rol de Lali en Sky Rojo fue una brillantez gerencial: conjugó visibilidad mundial con un tema atendible como la trata de personas. La serie expulsa desde su calificación al obsoleto público teenager, creando un portal hacia telespectadores biológicamente envejecidos, quienes serán los nuevos seguidores, ya sin euforia hormonal.
La serie se estrenó el 19 de marzo y desde entonces los retuits de Lali no fueron de adolescentes obnubiladas, sino de consumidores reflexivos del producto, llenos de buena fe progresista. Lali se resetea sin perder su coherencia populista.
Ante semejante tino sólo resta decir: larga vida a Lali, larga vida a un talento que jamás tropezará en la incorrección y por ende jamás podremos ratificar.
Había que meter la palabra “populismo” a toda costa.
“Lali es una actriz combinada con canto y baile, al estilo Chayanne”
Ya me parecía, Chayanne putooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Alex Pina? No gastemos pólvora en vano, amigos, que después critican al blog fácilmente.
Muy buena la crítica Cañete me ahorraste ver esa mierda. Eso sí el asombro porque el feminismo no contempla que a una mujer le guste que su marido se haga romper el orto o que inclusive ella misma le introduzca un hermoso consolador rosa en el toor no lo entiendo . Es sabido que el feminismo sobre todo el sororo argentino esta plagado de conchas secas que se horrorizan si un heterosexual quiere usar ropa interior de mujer o si a una mina le gusta que le tironeen el pelo cuando la chupa. Son aburridas para todo inclusive para garchar.
Suscribo todo lo dicho. Sumaría que el burdel pop donde laburan las chicas parece muy inspirado en el lupanar/ nido de vampiros de From Dusk till dawn.
Perdón, se que en esto los expertos son Cachota y Picado Grueso. Pero a esta altura del partido me parece que tanto el baile del caño, como el disfraz de mucamita están muy gastados y no calientan a nadie.
Yo quería un reseña sobre Pichuqui Mendizábal… pero bueno