ESTE TEXTO NO ES MIO SINO DE ISKRA
Más llenos que nunca los comercios “esenciales” en horarios en los que siempre solía haber poca gente. Claro, la nueva imbecilidad de nuestras autoridades: acortaron los horarios comerciales y entonces se amontona más gente en un horario más acotado. Una genialidad.
De los mismos autores de: “en las escuelas no hay contagios”, “el virus no circula en los lugares de trabajo”, “el Covid solamente contagia de noche”, o “la responsabilidad es esencialmente individual”, y otras frases célebres de los empleados del mes de los ricos. Solamente piensan en no desobedecer a la Jefa, o sea Kristalina, por eso nada de IFE para que la gente pueda quedarse en la casa y no morirse de hambre. Para no hablar de los cálculos electorales, cuando deberían saber que los muertos no votan.
A propósito, se dice que ya tenemos más muertos por millón de habitantes que el Brasil de “gripezinha” Bolsonaro y además peleamos el descenso en porcentaje de población vacunada.
Lo ficticio de la “grieta”, como lo demuestra la ineptitud compartida.
Gracias Horacio. Gracias Alberto.
Mismo perro con diferente collar.
Estamos solos.
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Sí, es cualquiera lo de reducir el horario. Larr*ta también decidió cerrar los juegos infantiles de las plazas porque, según su equipo de gestión, las crías ahí se contagian de covid. Sí, al aire libre… pero no en el bondi yendo a la escuela, o en la escuela, y bleh.
Y claramente estamos solos, y no hay “la patria es el otro” (¡”la patria”, asco de concepto!), o un “nadie se salva solo”. Acá te salvas en soledad, y lo extendes a tu círculo cercano, como mucho. Pero por supuesto que no habrá salvación colectiva. Nunca sucedió. Nunca sucederá.