› Por Andrea Ferrari
Cuando, en el final del acto de homenaje a Natalia Kohen, China Zorrilla subió al escenario con un ramo de flores, probablemente muchos pensaron en Elsa y Fred, esa película que protagonizó donde a una pareja mayor se le daba por enamorarse y pasarla bien, para escándalo de la familia, que temía que dilapidaran sus bienes. La propia Zorrilla lo puso en palabras: “Si se filma tu historia –le dijo a Natalia– me gustaría hacer de vos”. No hay duda de que la historia de Kohen tiene aires de película. El acto que el martes por la noche llenó la platea del Teatro Maipo pretendía rendir homenaje a esta artista plástica y escritora de 88 años, viuda de un poderoso empresario, en momentos en que enfrenta un juicio por insania iniciado por sus hijas, proceso que la llevó a estar casi un mes encerrada en un neuropsiquiátrico con un cuestionado diagnóstico de demencia frontotemporal. “Aprovecho para decir que a esta altura de mi vida necesito que se haga justicia –dijo Kohen en el escenario–. Y que si llega cuando ya no estoy, ustedes me recuerden en este momento, en que soy muy feliz.”
El abundante y variado público fue un reflejo de su actividad en el mundo de la cultura. Estaban la secretaria de Cultura del gobierno porteño, Silvia Fajre, el director Hugo Urquijo, el actor Jorge Luz y el poeta Fernando Noy –quien compuso para la ocasión un acróstico, poema donde la inicial de cada verso formaba el nombre de Natalia–, y llegaron adhesiones de personajes como Sandro, Bergara Leumann, Pinky y el diputado Norberto La Porta. También había caras reconocidas del mundo científico, como el neurólogo Ramón Leiguarda, director de Fleni, justamente la institución adonde pertenecía hasta hace algunos meses el médico que hizo el diagnóstico que permitió la internación forzosa de Kohen.
El apoyo expresado en el acto es seguramente un reconocimiento del que ella misma prestó a muchos artistas cuando dirigía la Fundación Argentia. Profesora de Letras, había ejercido muchos años la docencia antes de dedicarse a la pintura, carrera que empezó visitando museos cuando viajaba con su marido, el industrial Mauricio Kohen, dueño de la farmacéutica Argentia y de una cuantiosa fortuna.
La vida de Natalia Kohen sufrió un quiebre en uno de esos viajes, cuando su marido tuvo un infarto y murió mientras dormía en un hotel de Madrid. A partir de entonces, su hija mayor, Nora, se hizo cargo de la empresa y ella siguió al frente de la fundación diez años más, hasta que la farmacéutica fue vendida. Para entonces ya había expuesto muchas veces sus pinturas y había escrito también varios libros. El cuento El hombre de la corbata roja, que fue luego convertido en ballet, le da título a uno de ellos.
–Esa historia empezó cuando fui a buscar un cuadro de Antonio Seguí para regalarle a mi hija menor –le contó a este diario en una larga conversación, días atrás–. Hubo uno que me llamó mucho la atención, donde uno de los hombrecitos que él dibuja corría con una corbata roja volando. El día en que compré el cuadro soñé que el hombre de la corbata roja me perseguía y me quería matar. Le escribí a Seguí una carta diciéndole: “Hacé algo para exorcizar a este personaje que vos creaste porque aparece en mis sueños”. El, siguiendo el chiste, me mandó un grabado de dos gauchos enfrentándose con puñales: dijo que se preparaban para matar al hombre de la corbata roja. Después se me ocurrió escribir un cuento con esa historia y salió en el libro. Elio Marchi se lo leyó a Julio Bocca y lo adaptamos para el ballet que se dio en el Maipo.
Pero los gauchos de Seguí no llegaron a defenderla el día en que Natalia Kohen pidió auxilio porque unos hombres con guardapolvo blanco querían llevársela por la fuerza.
Hombres de blanco
Dice Kohen que con sus hijas siempre se había llevado bien, aunque “nunca estuvimos pegoteadas, cada una tenía su vida”. El punto de fricción se dio en 2005, cuando ella quiso aportar dinero a un proyecto dirigido por Clorindo Testa destinado a crear un centro cultural en el Paseo de la Infanta. Sus hijas manifestaron su desacuerdo.
–Mi hija mayor decía que otra gente me quería estafar y que yo no iba a tener ese dinero. Y entonces me enteré de que toda la fortuna estaba a nombre de ella, algo de que yo no sabía. Después de eso me empezaron a decir que me encontraban cambiada y querían que viera a algunos médicos. Primero fue un psiquiatra, que me encontró bien. No conformes, buscaron un neurólogo.
Al mismo tiempo, Natalia había decidido consultar a una abogada para discutir su situación.
–Esa abogada me dijo que si no tomaba una determinación rápida mis hijas me iban a encerrar. Yo me reí y dije “mis hijas jamás me van a hacer eso”.
Días más tarde, esperaba a una amiga para salir a pasear cuando se abrió la puerta.
–Entró Claudia, mi hija menor, con su llave, junto con su marido y seis enfermeros vestidos de blanco con una caja de inyectables y una silla de ruedas. Yo creí que me moría. Fue algo muy brutal. Mi hija estaba delante de mí, yo pidiéndole auxilio y ella sólo me miraba. Y mi yerno me gritaba “usted tiene que ir porque está muy enferma”. Los enfermeros se habrán dado cuenta de que no era una loca furiosa porque les pedí que me dejaran un ratito, que estaba muy nerviosa, y accedieron. Después me llevaron en una ambulancia a Ineba.
Por una curiosa vuelta del destino, Natalia Kohen ya había estado en esa clínica: allí había dictado un taller literario para los pacientes. De modo que sus propios libros estaban en la biblioteca. Ese día, recuerda, hacía frío.
–Mi llegada fue traumática. Me había puesto un saquito de piel, estaba bastante fresco. Me dejaron en un lugar sola, yo estaba terriblemente abatida y cansada. Escuchaba en otro cuarto las voces de mis hijas. Vino una enfermera, me dieron algo y se ve que me durmieron. A la mañana siguiente me desperté, todavía vestida con el saquito, en un dormitorio.
–¿Cómo fue su estadía allí?
–Era una vida bastante reglamentada, con horarios para levantarse, desayunar… Me medicaron como si estuviera enferma, pero yo estaba sana, de manera que me estaban idiotizando. Y uno convive con gente enferma. Había una muchacha de unos 35 años y una mentalidad de ocho que se pasaba llorando y pidiendo por la mamá, gente que gritaba de noche, una que se quería cortar las venas…
Fue ella misma quien empezó a moverse para conseguir dejar el lugar. Primero obtuvo –regalo de la visita de otra paciente– una tarjeta telefónica que le permitió hablar con algunos amigos. Luego les envió una carta, que también salió de la mano de una visita, sugiriéndoles estrategias para que el tema se hiciera público. Salió un artículo en este diario y tuvo repercusión en otros medios.
–Después de la nota me sacaron de Ineba, porque se vieron obligadas. Cuando salí se me trababa la lengua por la medicación. En mi casa colocaron redes en el balcón, sacaron los cuchillos y tijeras y me pusieron un acompañante terapéutico todo el tiempo.
–Facundo Manes me endilgó una enfermedad que se llama enfermedad de Pick. Pero yo estaba sana. Me hizo internar en un neuropsiquiátrico y en sus declaraciones dijo que me hizo los estudios en Fleni, donde trabajaba antes, pero ahí ni siquiera tienen mi historia. Sólo usó los papeles de esa institución. Pero además, a una colega de él, la doctora Griselda Ru-sso, le dijo que también me hiciera un diagnóstico y ella lo hizo, con unos términos muy científicos, sin haberme visto nunca. Yo no la conozco. Después admitió ante escribano que lo hizo para hacerle un favor al doctor Manes. Creo que todo esto tiene que servir para amparar a otra gente como yo, expuesta a estos médicos.
–¿Por qué cree que sus hijas tomaron esa actitud?
–Yo creo que ellas tenían miedo de que a mí se me ocurriera casarme. Habrán pensado que podía tener un marido que empezara a escarbar en los antecedentes, que viera cómo mi hija consiguió hacerse de las acciones de la empresa tras la muerte de mi marido.
–¿Y pensaba casarse?
–No –sonríe–, en ningún momento pensaría en volver a casarme. Yo viví con mi madre, que tenía un carácter fuerte. Después viví 38 años con mi marido, que también tenía un carácter fuerte. Y dije basta, no me caso más. Si he tenido algún compañero ha sido completamente libre.
Actualmente su abogada, Ana Rosenfeld, inició un proceso contra una de sus hijas por “simulación” en el traspaso de acciones de la empresa y otro para poder revocar la donación de cuadros que hizo Kohen a favor de ambas. También avanzaron en la demanda contra los médicos que permitieron su internación, juicio donde será representada por el penalista Ricardo Gil Lavedra. A ella le han hecho muchos estudios. Muchísimos, dice.
–Me estrujaron el cerebro. Me hicieron contar de atrás para adelante, dibujar… cincuenta mil tests. Salió todo bien, estoy bien. De modo que estoy esperando que la jueza me declare sana. Pero con el agregado de que dicen que tengo que tener un curador para que me controle. Yo quiero que mis bienes me sean devueltos.
Falta un buen trecho, sin embargo, hasta que Kohen pueda salir de ese laberinto de papeles y estudios en que ha quedado encerrada, ya que el juicio por insania está lejos de cerrarse (ver aparte). Por eso, el acto del Maipo fue una pequeña revancha donde recibió palabras afectivas, flores, aplausos de la platea de pie, un plato brillante con una inscripción y hasta una invitación de Jorge Luz a comer en ese mismo plato un guiso de lentejas. Que no dudó en aceptar.
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LA PRESENTACIÓN OFICIAL DE LA SEGUNDA EDICIÓN EN UN MES DE MI ‘HISTORIA A CONTRAPELO DEL ARTE ARGENTINO’ ES ESTA…
MI CHARLA CON PIO TORROJA SOBRE FRAGMENTAR EL FUTURO DE YUK HUI
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En vimeo, que hay que estar logueado con una cuenta de facebook, pero vale la pena, está el documental donde Natalia Kohen, habla en primera persona, y con gran lucidez, de como la encerraron, con la firma de Facundo Manes. El documental, se llama Yo Natalia. No dice quienes hicieron el documental.
https://vimeo.com/29538591
El documental Yo, Natalia, fue dirigido por Guillermina Pico, y producida por Mariano García.
https://www.cinemargentino.com/films/914988453-yo-natalia
Los hijos e hijas pueden ser el peor terror de un padre o madre, como a veces los padres son los Cronos de les hijes, sobre todo para los que romantizan esa experiencia que es lo que nos constituye en casi todo, para bien o para mal.
De todos modos, la especie más despreciable es la intermediaria, abogados picapleitos, médicos que firman cualquier cosa por favores, sobrinos desesperados por hacer guita el poco oro que encuentren, empleados del gobierno de la ciudad que falsifican las donaciones en las sucesiones, arquitectos radicales, okupas ilegales del traje del pj, chetos de Larreta que dan aval a las topadoras y que les llenan de deudas y persecuciones a las viudas para quitarles la casa por dos pesos: esos vecinos de consorcio que son los que tasan y luego se llevan los muebles cuando fuiste de compras y todavía estás ahí respirando y viendo como hablan a escondidas de la molestia que son los viejos en la casa, porque ya pasó tu hora y necesito un auto nuevo, la peste que se introduce por las ventanas de las casas para hacer su mediocre parte de maldad.
https://www.youtube.com/watch?v=CRr5sW72LWI
Lo que hizo Facundo Manes con esta mujer, TIENE NOMBRE:
a) por el Código de Ética de los Médicos: mala praxis, retiro de la matricula.
b) por el Código Penal Argentino: art. 245 -falsedad ideológica de certificado médico- (de uno a cuatro años de prisión).
Pero ahora estas cosas pasaran menos porque existe la Ley 26657 (Salud Pública) que acoge el principio de la capacidad de las personas; que un diagnostico en el campo de la salud mental no autoriza el internamiento; que la atención de la salud mental estará a cargo de un equipo interdisciplinario.
En fin ….
Dios mio, que horror pobre mujer.
Que par de soretes las hijas y ese hdmil de Manes. Nuevamente agradezco a mí sexto a mí intuición que me hacía rechazarlo.
En LANP se avisó hace rato de este chanta vendhumo. El empresario e ideologo de este tipo es Gastón, su hermano.
Ahora el ‘periodismo independiente’ despierta de golpe para operarlo (con razón) porque armó quilombo (como siempre hace) para que el radicalismo deje de ser el perrito faldero del pro y la ‘coalición’ cívica, y negociar al menos un huesito en candidatos en las internas 2021 en ese rejunte de ignorantes wannabes llamados Juntos x el cambio.
Es el comodín eterno del Coti para armar quilombo y nunca hacerse cargo de hacer mierda en tiempo acelerado a un partido centenario, y que en sus inicios promovia la inclusión social y que corria por izquierda al primer peronismo.
Manes, Randazzo, tinellis, etc, figuras ‘útiles’ que nunca se presentan y que sus jefes los sacan a pasear casa elección, desde el comité radical, del grupo clarín y del peronismo popular respectivamente.
Hoy se cumplen 47 años de la muerte del General.
https://youtu.be/2lP8m4IuAwg
Saludos…
La conozco personalmente aunque hace años que no la veo, participó 3 veces en el Anuario Latinoamericano de las Artes Plásticas y he tenido el gusto de tener con ella interesantes conversaciones sobre arte, literatura y el Teatro Colón, era muy culta, tenía extraordinaria memoria, y estaba perfectamente lúcida, recuerdo perfectamente, cuando leí la solicitada que puso en el diario, relatando la terrible jugada que le hicieron sus hijas con el doctor Manes -para quitarle su fortuna-, no lo podía creer, afortunadamente era una persona muy querida y muchas personas salieron a defenderla, y todo por el vil dinero!, un acto despreciable y siniestro, me sorprende que haya podido perdonar a sus ingratas hijas, si llega a leer esto quiero que sepa que nunca la olvidé y que la admiro mucho por su ejemplar vida!
La manera rolinga de acordonarse en zig-zag esas Converse truchas brasileras de Manes me hace desconfiar muchísimo.
agrego a esto, querido Pipo, un rasgo odontológico: su sonrisa guasónica y la cantidad de supernumeraria de piezas dentarias. Tiene más dientes que Juan Carlos Rousselot, el cloacal socio morónico del clan Macri. Da garca mal
Lo que siempre he notado en Manes es esa sonrisa postiza.
Hacé una cosa: Tapá con un dedo la mitad de su rostro y dejá sus ojos descubiertos. Qué te dice esa mirada?
La Justicia Divina tarda, pero llega…que dos monstruos INMUNDOS las hijas…Manes realmente, imperdonable si es verdad! que lo bajen políticamente! que peligro de ser humano…
No entiendo cómo no le quitaron la licencia después de ese caso, igualmente la condena social pre campaña ha sido durísima con este vende humo que se cree con la autoridad moral para hablar de todos los temas que se le atraviesen