ESTE TEXTO NO ES MIO SINO DE FELIX MARTIN
Las culpas colectivas no existen, solo las individuales. Es importante aclararlo.
Por otra parte, cuando se habla de este tipo de relaciones, es bueno recordar la de Nelly Rivas (14 años) con el casi sexagenario presidente Juan Perón.
Las cartas que intercambió con Perón fueron publicadas oficialmente en 1957 por un diario de los Estados Unidos, mientras que a Perón se le inició un proceso por estupro, por haberse tratado de un mayor de edad que mantiene relaciones consentidas con una menor, aunque la causa prescribió en 1971 mientras Perón negociaba con el presidente de facto Alejandro Lanusse la legalización del Partido Justicialista.
La joven dormía en la residencia presidencial, ya que Perón ya era viudo de Eva Duarte para esa época.
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El poder diluye barreras sociales generando apetitos en lo prohibido, liberando lo instintivo, con la seguridad de que no habrá consecuencias?
De lo contrario como se entiende tanto abuso y pedofilia en poderosos?
Hay más abusos entre los pobres que entre los ricos, lo que pasa es que los pobres no son noticia.
Y de esto que me contás?
https://www.lanacion.com.ar/politica/abrazos-torta-y-globos-como-fue-el-festejo-de-cumpleanos-de-una-admiradora-de-jorge-capitanich-en-su-nid06102021/
Caramba!
https://www.youtube.com/watch?v=Qhk2rHeP54s
esto es horrendo, ya te vas a aflojar, te compro una bici, es un ascoooo, esa voz de pajero
Pero están hablando de Perón. Si querés podemos hablar de Macri, de Maradona, de Alperovich, etc, pero este post es sobre Perón. No te sientas ofendida.
No lo pude terminar de ver.
Que horror, y la causa prescribió encima 🤦
LA HISTORIA DE NELLY RIVAS, LA “NIÑA AMANTE” DE JUAN DOMINGO PERÓN
Ella tenía 14 años, él 58. Poco después de conocerse, en agosto de 1953, la joven se mudó al Palacio Unzué, la residencia presidencial. El fugaz reencuentro en 1973
Por Nicolás Gilardi
20 de Agosto de 2017
[email protected]
“Quedé muda. Sentí que un escalofrío me corría por todo el cuerpo. Empecé a temblar como una hoja (…) Yo había quedado estupefacta ante su sencillez y cordialidad. Tampoco había esperado que fuera tan buen mozo”. Así describió Nélida Haydeé Rivas, “Nelly”, su primer cara a cara con Juan Domingo Perón. Ella tenía 14 años, él 58. Poco después de ese primer encuentro, ocurrido en agosto de 1953, la joven pasaría a vivir en el Palacio Unzué, que era usado por Perón como residencia presidencial.
La relación entre ambos fue furiosamente criticada por los antiperonistas y usada por la “Revolución Libertadora” para mostrar la “decadencia moral” del presidente depuesto en septiembre de 1955. Una publicación histórica dirigida por Felix Luna dijo lo siguiente sobre el tema: “Aun dejando de lado las exageraciones e invenciones que prosperaron en ese momento, evidencia una relajación en los valores morales de Perón, y su intimidad con Rivas ratifica ese proceso hasta un grado penoso. Demuestran la decadencia de una personalidad política”. Son palabras duras. Por su parte, los peronistas optaron generalmente por el silencio sobre el tema, o expresaron una aprobación con reservas.
Más allá de las opiniones ajenas, tras la caída de Perón, Nelly y su familia padecieron persecuciones por parte de la dictadura militar encabezada por Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas. Además del escarnio público, la reclusión en un asilo para prostitutas y la persecución judicial, la joven sufrió el fin de su relación con Perón, con quien recién pudo reencontrarse fugazmente en 1973. Esta es su historia.
Nelly nació el 21 de abril de 1939 en el hospital Rawson y fue la única hija de José María Rivas y María Sebastiana Viva, un matrimonio de condición humilde, que adhirió al peronismo desde sus inicios, atraído por la política social del incipiente movimiento. Nelly recordó en sus memorias que sus padres eran “demasiado pobres para comprarme juguetes” y que la primera vez que tuvieron “un pan dulce para Navidad” fue cuando Perón “decretó que se pagara a los trabajadores un aguinaldo” para esas fechas festivas, en 1946.
Rivas era obrero en la fábrica de golosinas Noel y su esposa trabajaba como portera en un edificio de departamentos. La hija “fue una buena alumna” y tenía “las mejores notas”, cuenta Juan Ovidio Zavala, abogado de la familia cuando esta tuvo que enfrentar años más tarde a la justicia, en su libro Amor y Violencia, la verdadera historia de Perón y Nelly Rivas (Planeta, 2014). En 1951, cuando Nelly estaba por terminar la primaria, su padre se enfermó y eso complicó aún más la débil economía familiar. “Muy pronto nos encontramos sumidos en deudas: cuentas de hospital y de médicos, además de los carísimos medicamentos importados”, narró Nelly en sus memorias, que hoy comenzó a publicar Infobae.
LA UES, VÍA DE ENCUENTRO ENTRE NELLY Y PERÓN
Corría el año 1953 y el gobierno peronista no atravesaba su mejor momento. La economía vivía un momento de turbulencias y los frentes de conflicto crecían día a día. Además, Perón estaba afligido por la muerte Evita, ocurrida el 26 de julio del año anterior. El presidente “había caído en una profunda depresión”, sostiene la investigadora Araceli Bellota, en su obra Las mujeres de Perón (Planeta, 2005). En ese contexto, al ministro de Educación, Armando Méndez San Martín “se le ocurrió inventar la Unión de Estudiantes Secundarios (UES)”, una agrupación juvenil, cultural y deportiva , con dos ramas, una masculina y otra femenina, que comenzó a funcionar en la quinta presidencial de Olivos.
El funcionario a cargo de la cartera educativa “tenía la esperanza de que el general se entusiasmara con la idea y de que los jóvenes le contagiaran un poco de alegría”. Así fue que Olivos se convirtió “en un enorme club femenino”. Méndez San Martín acertó con su plan de cambiar el ánimo de Perón, ya que la “UES renovó el entusiasmo del presidente”, explica Bellota. Pero todo terminó en escándalo: una de las chicas de la UES era Nelly Rivas.
EL PRIMER CARA A CARA
En agosto de 1953, una amiga de Nelly, Teresa, la convenció de concurrir a Olivos con la UES, con la excusa de que podría ver películas gratis. A Nelly le gustaba mucho ir al cine. Incluso iba sola, a ver el continuado de dos o tres filmes. Finalmente, las dos amigas concurrieron a Olivos, donde se produjo el primer cara a cara con Perón. Así lo contó la propia Nelly:
Estaba encendiendo un cigarrillo de espaldas a nosotras. Luego se dió vuelta y sus ojos se posaron en mí.
Me sonrió: “Veo que tenemos una chica nueva hoy. ¿Qué tal, ñatita; le gusta la U.E.S.?”.
Quedé muda. Sentí que un escalofrío me corría por todo el cuerpo. Empecé a temblar como una hoja.
Seguí temblando, aún después que él se había ido. ¡Había visto al famoso presidente Perón y él me había hablado! Apenas podía caminar.
-¿Qué te pasa?, me preguntó Teresa extrañada. Venís aquí por primera vez, el general te habla y no eres capaz de contestarle.
Yo había quedado estupefacta ante la sencillez y cordialidad de Perón. Tampoco había esperado que fuera tan buen mozo.
Ese primer encuentro impactó fuertemente en Nelly. En su libro, Zavala recogió el testimonio de la joven, que por entonces tenía 14 años, sobre estas primeras sensaciones: “Perón, en nuestra casa de trabajadores, era un dios (…) Sería una gran falsedad no reconocer que cada una de nosotras quería ser una segunda Evita”.
Con el correr de los días, creció el entusiasmo de Nelly, que procuraba concurrir asiduamente a las actividades de la UES y poder estar cerca de Perón. Así fue que comenzó a mantener diálogos frecuentes con el mandatario e incluso le pidió que le enseñe a andar en motoneta. Estos vehículos podían verse en cantidad en la residencia de Olivos, ya que formaban parte de las actividades habituales de las jóvenes de la UES. Pero las intenciones de Nelly fueron percibidas por Méndez San Martín, que intentó impedirle el ingreso a la residencia, aunque sin éxito, ya que la propia chica recurrió a Perón para solucionar el asunto.
Todo siguió avanzando y Nelly, con otra veintena de chicas celebraron la Navidad con Perón. En su libro, Bellota cuenta cómo se desarrolló la velada: “A la hora de sentarse a la mesa, todas querían estar cerca de Perón, pero él eligió a Nelly para que se ubicara a su derecha”. Los festejos se repitieron en año nuevo, en la casa que Perón tenía en San Vicente. Allí estuvo Nelly, junto con otras cuatro chicas. Fue la primera vez que Nelly durmió fuera de su casa. Su padre en principio se opuso, pero Nelly logró convencerlo.
LOS CANICHES DE PERÓN, LA EXCUSA PARA ENTRAR EN EL PALACIO UNZUÉ
Como Perón no había ido a Olivos en los primeros días del año 1954, Nelly decidió ir en persona al Palacio Unzué, la residencia presidencial de Recoleta utilizada por Perón en sus dos primeros mandatos. La joven insistió tanto en verlo, que los empleados finalmente llamaron al Presidente, que no pudo ocultar su sorpresa por la presencia de Nelly.
A partir de ese día, la jovencita, que tenía todo el día libre porque estaba en el receso escolar de verano, comenzó a concurrir asiduamente a la residencia, donde almorzaba y cenaba con Perón, veía películas en el cine privado, cuidaba a los caniche “Monito” y “Tinolita” y luego, a la noche, era llevada a su casa por un chofer de presidencia.
Nelly se encariñó tanto con “Monito”, el caniche blanco, que algunos días se lo empezó a llevar a su casa. Pero el personal doméstico se quejó de que el otro perrito, “Tinolita”, la caniche gris oscura, lloraba por las noches. Esa fue la excusa perfecta que eligió Nelly para pedirle a sus padres que la dejaran mudarse a la residencia. “Con este argumento vencí la resistencia de mi padre y obtuve su permiso para establecerme en el Palacio del Presidente”, explicó sobre esto la propia Nelly. Así, pasó a ocupar el dormitorio que había pertenecido a Evita.
El vínculo entre Nelly y Perón era solo conocido puertas adentro, hasta que se mostraron juntos en Mar del Plata, en marzo de 1954, durante la inauguración del Festival Cinematográfico Internacional, un evento impulsado por Raúl Alejandro Apold, el subsecretario de Prensa y Difusión. Aparentemente, Perón en principio no estaba convencido de concurrir al evento, por lo que Apold le pidió a Nelly que lo ayude a lograr que el general cambie de opinión. “Papaito, la nena quiere ir a Mar del Plata”, le pidió Nelly a Perón, según ella misma contó. Al principio, el presidente estuvo reticente, pero ante la insistencia cedió.
Una vez confirmado el viaje a la ciudad balnearia, Perón le abrió a Nelly el vestuario de Evita. “Me condujo hasta el fabuloso cuarto que encerraba los vestidos de fiesta de Eva Perón. Muchos de ellos, modelos de los más famosos modistos de París. Elegí tres trajes de Dior y uno de Marcel Rochas. No habían sido jamás usados. Para acompañar estos trajes, el General me dio una estola de visón azul y una capa de visón natural”, rememoró Nelly en sus memorias.
LA RELACIÓN SENTIMENTAL
En sus memorias, Nelly afirmó que en principio el vínculo con Perón era como “el de un padre como una hija”, pero que finalmente las cosas fueron más allá. Lo explicó de esta manera: “Durante los primeros días de mi permanencia en la residencia, las relaciones entre Perón y yo se mantuvieron en el plano de padre e hija. De pronto, sin darnos siquiera cuenta como, la atracción mutua que se había venido apoderando de nosotros, nos venció. Todo sucedió a la vez, repentina e inesperadamente”.
Por su parte, Zavala, que en su libro reconstruyó lo que Nelly le fue contando durante varios años, aseguró que “ella precipita los sucesos porque es la que finalmente toma la decisión”. Y agregó: “Procedió como cualquier mujer de esa edad que resulta cautivada por un hombre”.
Pero, ¿qué dijo Perón? No fueron muchas las ocasiones en que aceptó referirse al tema. Una de las pocas veces que lo hizo fue en una conferencia de prensa, en Venezuela, uno de los países en los que estuvo exiliado. “Esa señorita a quien conocí, era una niña que concurría como muchas otras a la UES. Es una criatura, y como hombre no pude o no puedo ver en ella más que lo que es: una nena. Por mi edad, por mi experiencia, pueden tener la seguridad que no transgredí códigos morales”.
DERROCAMIENTO Y SEPARACIÓN
El 19 de septiembre de 1955, tres días después del inicio de la revolución que pondría fin al decenio peronista, Nelly vio por anteúltima vez en su vida a Perón. Así lo rememoró:
El presidente Perón, vestido con su uniforme de general, subió apresurademente las escaleras de la Residencia Presidencial y al llegar arriba me besó. Había venido solo por unos momentos de la Casa de Gobierno desde donde dirigía las operaciones contra las fuerzas revolucionarias.
Fue un beso como siempre y no me alarmé.
-Hasta luego! me despedí, – Y que tengan suerte!
Esa fue la última vez que ví a Perón. (NdR: luego lo volvería a ver una vez más, en 1973).
La abrupta separación de Perón sería solo el primer capítulo de una serie de infortunios y persecuciones que la joven sufriría a manos de las nuevas autoridades del país, que usaron el “caso Nelly Rivas” como paradigma de la “corrupción moral del tirano prófugo”.
Perón, refugiado en la cañonera Paraguay, le escribió dos cartas a su joven amante, pero estas fueron secuestradas por la policía durante un procedimiento en la casa de la familia Rivas y luego entregadas a los medios de comunicación, que no dudaron en publicar el contenido completo. “Querida nenita, lo que más extraño es a vos y a los perros”, decían, entre otras cosas, las cartas del general, que prometía que la iba a mandar a buscar. La difusión de las misivas fue el primer golpe para Nelly. Perón, avergonzado, negó su autoría e incluso pidió un peritaje caligráfico. Aparentemente, el ex presidente no supo en ese momento como habían llegado las cartas a los diarios y pensó que Nelly las había entregado, lo que hizo más hondo el dolor de la chica.
Luego de esto y con la esperanza de volver a reunirse con Perón, Nelly y su familia, contrataron un auto con chofer para viajar a Paraguay. Con ellos llevaban a los caniches de Perón, que Nelly había sacado de la residencia Unzué mientras se desarrollaba el golpe de Estado. Sin embargo, fueron detenidos en Formosa, les sacaron los documentos y tuvieron que regresar.
PERSECUSIÓN JUDICIAL
Con Perón lejos del país, Nelly y su familia comenzaron a sufrir persecuciones. Al episodio de las cartas, le sucedió un ataque contra la mamá, María Sebastiana, a manos de un grupo de mujeres que la golpearon y le cortaron el pelo en la calle. Luego, el Tribunal Superior de Honor del Ejército le abrió un proceso a Perón, en el que Nelly tuvo que testificar, siendo agraviada y coaccionada por los jueces militares, mientras que la justicia civil abrió un expediente contra el ex presidente por el delito de estupro. Los padres de Nelly fueron acusados de complicidad con Perón y también juzgados, por “delitos contra la integridad sexual”, tipificados en el artículo 120 del Código Penal, que establece lo siguiente: “Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado”.
El gobierno militar consideró que por este motivo Nelly no estaba segura con sus padres y decidió enviarla en mayo de 1956 al Asilo San José, una oscura institución en la que eran alojadas las prostitutas que la policía detenida en las calles. Nelly estuvo 218 días en ese lugar, donde su salud física y mental se debilitó notablemente. Según Zavala, la joven amante de Perón pensó en el suicidio durante su internación. En julio, el padre de Nelly fue detenido en la cárcel de Villa Devoto y su madre fue apresada en el Asilo Correccional de Mujeres.
A mediados de noviembre, Nelly fue puesta en “libertad vigilada” y entregada en custodia a su abuela paterna, María Barros. Sus padres fueron liberados poco después, aunque la causa judicial siguió su curso. El 29 de abril de 1960, el juez Alejandro Caride los absolvió, pero el 11 de agosto de ese mismo año, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional revocó la sentencia de primera instancia y los condenó a tres años de prisión, como autores del delito de estupro, en grado de participación. Sin embargo, los Rivas se mantuvieron prófugos, por recomendación de sus abogados, hasta que la pena prescribió, en marzo de 1965. En el medio, Nelly encontró el amor en otro hombre, Carlos, con quien se casó en 1958, y tuvo dos hijos.
REENCUENTRO CON PERÓN
Durante el largo exilio de Perón, Nelly no tuvo ningún tipo de contacto con el líder justicialista y el reencuentro, breve, se produjo 18 años después en diciembre de 1973, cuando Perón ya era nuevamente presidente. Nelly no pudo contener su emoción y le contó al general todo lo que había sufrido en su ausencia. Ambos lloraron. Ya más tranquilos, Perón le preguntó en que la podía ayudar, si necesitaba algo. “Porque tu comprendes que ésta es la última vez que nos vemos”, le dijo. Y así fue, no volvieron a verse. Perón murió meses después, el 1 de julio de 1974, en medio de un clima hostil, de violencia creciente en el país. Nelly vivió muchos años más. Lejos de las luces y la política, falleció el 28 de agosto de 2012, a los 73 años.
https://www.infobae.com/sociedad/2017/08/20/la-historia-de-nelly-rivas-la-nina-amante-de-juan-domingo-peron/
Esa difamación la divulgaron los reaccionarios del antiperonismo como difamaron siempre contra cualquiera que se atreva a ordenar las asimetrías e injusticias sociales de distribución en la comunidad.
Son los mismos que NO SE INDIGNAN CUANDO TIRARON BOMBAS DE 500 Kilos en plaza de mayo con un saldo de miles de muertos heridos. Los que festejaron el golpe del 55.
La misma difamación se la hicieron a Rosas y a patriotas de la linea nacional. En política hay que tener cuero para bancar la calumnia. NO ES PARA CUALQUIERA, aprendan uds generación de cristal.
Por qué no señalan a los verdaderos violadores de la patria? A la oligarquía pernadora filantropa, la masoneria ritualista o al perverso de Sarmiento, gran violador serial que lo ilustran como abanderado de los niños.
La disputa con ellos es ideológica.
Los “artistas” como siempre haciendo agua en esa balanza, funcionales a repetir y ser hablados mientras intercambian vanidades de colores.
Sí, sí, claro…
Ya te gustaría ser un orgullo padre de Nelly.
Aprendé a bancarte la realidad de tus ídolos de barro.
El derrumbe del panteón Nac&Pop es imparable.
El nuevo escandalo de pedofilia que salpica a DA Maradona y a su oscuro entorno incendia de su ya de por si, arruinada imagen (que ni siquiera se salva post-mortem)
A Maradona ya se lo cancelo, aun no se manifestó esto públicamente, pero en el interior de muchos, ya empieza a correr la misma suerte que Carlos Monzon: la montaña de mierda de sus escándalos ya esta tapando sus logros deportivos que se amortizan a través de la imagen vintage de esas filmaciones; Monzon en B&N quemado, sin grises y Maradona y sus goles en frecuencia VHS.
Cristina Fernandez destruida luego de las PASO, tomada por boluda por el peronismo luego de la catarata de renuncias que no fueron y Mayúsculo papelón en estos días cuando fue al Congreso disfrazada para Halloween Louis Vuitton Style mientras sus votantes conurbanenses se mueren de hambre.
No va quedando nadie, ninguna vaca sagrada, llega el momento para que muchos argentinos se liberen de estos Moloch que les exigieron que banquen sus millones mientras ellos se ahogaban en la miseria.
Mejor que no quede ninguna vaca sagrada, a ver si crecemos un poquito y nos ponemos a laburar en serio para reconstruir esta tierra arrasada que dejaron todos los políticos desde Alfonsín para acá, sin excepción, por su impericia, su incapacidad, su inmoralidad absoluta, su ineptitud total para gobernar.
Son el cáncer de la Argentina y hay que arrancar de raíz hasta las plantas que hayan plantado en sus jardines.
Vivimos con un 50% de pobres gracias a su infinita torpeza, no tienen un logro para mostrar, una sola cosa de que jactarse, no han hecho ningún aporte significativo que le alivie la vida a la gente. Al contrario, le destruyeron la vida, el laburo y la esperanza.