Para sobrevivir a la vida en argentina hay que buscar diferentes vías de escape a esta realidad tan complicada que nos toca. Además de la pandemia, estamos en crisis hace varios años ya, y muy probablemente en la puerta de una hecatombe sin precedentes, comparable quizás con el 2001. En momentos así pareciera una frivolidad ocuparse de estos temas, y lo es. Pero cierto grado de frivolidad también puede ser una virtud, o un superpoder.
Por eso nos enganchamos con tonterías, vemos -no con fascinación, sino con mirada crítica- las vidas ajenas que aparentemente nada tienen que ver con nosotros. En algunos escándalos faranduleros encontramos reflejos de la condición humana, y a veces vemos algo elevado en lo bajo. Es un juego que además nos convoca y reagrupa a todos en una sintonía similar (algo que por lo general no sucede) ¿Este fenómeno tiene un nombre?
Encontramos lo alto en lo bajo del wandagate, o deliramos que lo encontramos. Wanda, la China, Mauro, no son personas, sino arquetipos. La mina que se hizo de abajo con inteligencia; Wanda es astuta, inteligente, calculadora, y desde hace algunos años… una emperatriz (??). La china nació hermosa, ganó la lotería genética, es una ninfa caída en desgracia, lo tenía todo, pero sus propios impulsos incontrolables la llevaron demasiado lejos. Luego está la compleja figura de Icardi, que pasó de ser sinónimo de traición para todo un país, a redimirse: hoy Icardi es el que hace todo por amor, lo deja todo por amor o para recuperar a su amor, Judas y Cristo con tatuajes conviven en él, las dos caras de la misma moneda.
Además, son parte de este panteón argento de famosos y famosas criticado por LANP por sus desajustes éticos y estéticos, y otras cosas. Quizás haya que prestarle atención porque casi todos le prestaron atención, y porque ahí hay algo más (como siempre) que una pelea privada. Wanda defiende a su hombre, a la familia, frente a las putitas que vienen a atentar contra el orden familiar.
O puede ser que esté diciendo que estoy a favor de las dosis homeopáticas de opio.
Me sirvió como via de escape un par de dias. Pero es mas que obvio que son amichas y les re garpa. A una para vender makishaje y a la otra para ubicarse en otros mercados audiovisuales menos devaluados.
Nada interesante, el tipico corneo botinero, el muchacho pitoduro para enmendar las cosas que no hizo de joven, la cornuda le echa la culpa a la seguunda, para luego terminar an una reconciliacion telenovelesco hasta proximo cuerno de Icardi.
Como cualquier persona de bien.
La fascinación de la gente con este tema (y estos personajes) me aterra.
Para sobrevivir a la vida en argentina hay que buscar diferentes vías de escape a esta realidad tan complicada que nos toca. Además de la pandemia, estamos en crisis hace varios años ya, y muy probablemente en la puerta de una hecatombe sin precedentes, comparable quizás con el 2001. En momentos así pareciera una frivolidad ocuparse de estos temas, y lo es. Pero cierto grado de frivolidad también puede ser una virtud, o un superpoder.
Por eso nos enganchamos con tonterías, vemos -no con fascinación, sino con mirada crítica- las vidas ajenas que aparentemente nada tienen que ver con nosotros. En algunos escándalos faranduleros encontramos reflejos de la condición humana, y a veces vemos algo elevado en lo bajo. Es un juego que además nos convoca y reagrupa a todos en una sintonía similar (algo que por lo general no sucede) ¿Este fenómeno tiene un nombre?
Encontramos lo alto en lo bajo del wandagate, o deliramos que lo encontramos. Wanda, la China, Mauro, no son personas, sino arquetipos. La mina que se hizo de abajo con inteligencia; Wanda es astuta, inteligente, calculadora, y desde hace algunos años… una emperatriz (??). La china nació hermosa, ganó la lotería genética, es una ninfa caída en desgracia, lo tenía todo, pero sus propios impulsos incontrolables la llevaron demasiado lejos. Luego está la compleja figura de Icardi, que pasó de ser sinónimo de traición para todo un país, a redimirse: hoy Icardi es el que hace todo por amor, lo deja todo por amor o para recuperar a su amor, Judas y Cristo con tatuajes conviven en él, las dos caras de la misma moneda.
Además, son parte de este panteón argento de famosos y famosas criticado por LANP por sus desajustes éticos y estéticos, y otras cosas. Quizás haya que prestarle atención porque casi todos le prestaron atención, y porque ahí hay algo más (como siempre) que una pelea privada. Wanda defiende a su hombre, a la familia, frente a las putitas que vienen a atentar contra el orden familiar.
O puede ser que esté diciendo que estoy a favor de las dosis homeopáticas de opio.
Buena reseña Pablo!
Una beca para Pablo que hizo la reseña que Rodrigo no quiso.😎
Celebro que no se toque el tema en LANP, no está a la altura del blog. Abrazo, Rod!
Ojalá que se haya producido una suerte de saturacion de la nada y que decaiga la figura de esta turra de Wanda Nara.
“la suerte de la fea la linda la desea”
Wanda rules.
Me sirvió como via de escape un par de dias. Pero es mas que obvio que son amichas y les re garpa. A una para vender makishaje y a la otra para ubicarse en otros mercados audiovisuales menos devaluados.
Nada interesante, el tipico corneo botinero, el muchacho pitoduro para enmendar las cosas que no hizo de joven, la cornuda le echa la culpa a la seguunda, para luego terminar an una reconciliacion telenovelesco hasta proximo cuerno de Icardi.