Se está por ir el 2021 y uno de los temas que marcaron mi año tanto culturalmente como en mi vida privada está relacionado al modo en el que la obsesión por las políticas de identidad han acabado afectando las relaciones interpersonales. Me atrevería a llamar a esta necesidad pre-milennial y milennial de no sólo ‘hacer lo correcto’ sino tener que demostrarlo todo el tiempo, la verdadera droga de principios de la tercera década del milenio.
En este blog, reseñé recientemente Crossroads de Jonathan Franzen; Virtue de Hermione Hoby y Klara and the Sun de Kazuo Ishiguro. Muy pronto voy a hacer lo propio con Yoga de Emmanuel Carriere. Lo que todas estas noveles aparecidas durante 2021 tienen en común es la puesta en cuestión de esta compulsión blanca de ‘hacer lo correcto’ en un contexto de diferenciación y polarización social. Personalmente, no soy de los que creen que la amistad por ser añeja tiene que sostenerse a rajatabla. Para mí, las credenciales de la amistad no son algo que pueda darse por sentado como un cheque en blanco sino que se renuevan en la vida cotidiana; en el aquí y ahora. Para mí, la conducta de un amigo siempre está a prueba no para ser desechado o incorporado como amigo sino como componente fundamental de la relación que sólo se sostiene en la metamorfosis de ambos. Esto tiene dos límites. Por un lado, la ideología del laissez faire o, lo que podríamos llamar, eclecticismo moral que dice que del amigo se acepta todo por el simple hecho de serlo y por el otro lado, la del desequilibrio o, como también llamo, el enfermerismo como extremo de la ideología del hacer lo correcto y andar por la vida evangelizando al resto en ‘las mejores prácticas del excelente vivir’. Vayamos por partes…
Un ejemplo del primer caso es Cris, mi vecina escocesa del tercer piso. Blanca con un millón de libras en el banco, hija única, separada, sin hijos y permanentemente buscando una casa para comprar, Cris es racista en el sentido más West Side Story de la palabra. Su modo de pensar la realidad es la de la burbuja inmobiliaria y la presencia de personas de raza más oscura ponen en peligro, según ella, el valor de su propiedad que, dicho sea de paso, aún no tiene. Escucha radios de ultra derecha y, en su opinión, lo mejor que le pasó a Inglaterra es el Brexit porque ‘Boris es un divino’. Ese es el nivel de sofisticación de sus opiniones políticas que siempre terminan con un: ‘porque no quiero que mis impuestos sean tragados por esa gente’. Cuando pasamos por delante de un patrullero suele decir cosas del tipo: ‘Qué lindo que la policía está haciendo sentir su presencia’. A través de cierto Síndrome de Estocolmo mezclando con típico masoquismo post-victoriano, ella afirma, por ejemplo, que el sistema público de salud cuyo nivel de atención durante el COVID ha bajado a niveles alarmantes es ‘una maravilla y un privilegio’ y no duda en aplaudirlos como ‘heroes’ (a los enfermeros, supongo) mientras los servicios son privatizados, de hecho. Cuando mi otra amiga y vecina, Sally, la conoció, se levantó a los cinco minutos de la mesa para retirarse. Luego se excusaría diciendo: ‘realmente, no puedo compartir la mesa con alguien así’. Debo agregar que Cris se casó en el pasado con un turco. El problema de Cris es además de su ignorancia (de ahí viene el racismo), su poca inteligencia. La pregunta es, entonces, por qué soy amigo de ella? La respuesta es simple. Es hija única y tiene una madre que está muriendo en este preciso momento… en Glasgow. Hay algo que me hace sentir compasión por ella pero luego viene la cuestión de cómo se relaciona con el problema de su madre y ahí tenemos un nuevo problema. Para empezar la pregunta del millón es qué hace en el Sur de Inglaterra si su madre está muriendo en el Centro de Escocia. ¿Por qué no está a su lado? La respuesta a esta pregunta es complicada. Ayer vino a brindar a casa en la noche del Boxing Day después de que yo pasara los tres días de fiesta fuera de casa y durante nuestro encuentro la ví, particularmente, complacida porque el gobierno escocés habría decidido decretar el lockdown de manera inminente. Esto significa que no podría ver a su madre durante sus últimos días de vida. Mi reacción fue inmediata: ‘Deberías ir ya mismo’. Excusas le sobran: en su empresa dejan trabajar de manera remota solo si está en Inglaterra o Gales pero no en Escocia, de ir no la dejarían verla inmediatamente porque alguien en el hogar de ancianos dio positivo, etc, etc, bla, bla, bla. Esto me toca muy de cerca porque no dudé en dejar todo para estar al lado de la mía. No obstante esto, ella sentenció ayer mientras brindamos algo que me dejó helado: ‘tengo que ser práctica”’. Pero… ¿Se puede juzgar a una persona por eso y, más aún, repensar el estatus de la amistad? Personalmente, creo que a partir de ese momento, nuestra amistad dejó de serlo. Hay algo muy fundamental que ya no tenemos en común y lo ví en su mirada mientras decía lo que decía.
Del otro lado, tenemos a Jane. Escritora relativamente conocida aunque su última novela (creo que no publicada por el COVID) fue un faux pas porque cuenta la historia de un esclavo en primera persona. Osea, una mujer blanca de clase media inglesa decide pensarse como un esclavo negro jamaiquino. Problemático por decir poco. Jane estaba casada con un productor de Netflix que justo en el momento de la explosión de éxito de esa plataforma de streaming y tras años diciéndole que no quería tener hijos, la abandona y anuncia por twitter que va a tener una hija con otra mujer, década y media más jóven. Desde entonces, Jane no se pudo recuperar y cualquier intento de hacerlo es aislarse en su nueva casa en la costa de Sussex bajo la justificación germófoba del COVID. Su otra herramienta de supervivencia fue abrazar en Twitter ese tipo liberal de feminismo propio de la creadora de Harry Potter que entiende que los transexuales son hombres que buscan expandir imperialmente el área de influencia patriarcal para avanzar, incluso, en la posesión del derecho a la vagina. Este tipo de feminismo liberal se diferencia del tipo de feminismo del #NiUnaMenos en que no considera ni, diría yo, tolera la variable de clase que, para ellas, es invisible. Su feminismo militante es instrumentalizado por Jane para ‘enseñarle’ a cada persona que se cruza en su vida (y convengamos que cada vez son menos) cómo hablar, cuándo decir lo que se tiene que decir y qué términos utilizar. Hay algo caricaturesco en esto pero compartir tiempo con ella es estar en un campo minado de corrección política en donde uno, tarde o temprano, recibe una lección. A decir verdad, yo no cuento a Jane entre mis amigos desde el día que intentó aleccionarme sobre lo mucho que le incomoda hablar de alguien que acaba de retirarse de la reunión (a quien además no conoce) después de haberlo hecho conmigo en incontables ocasiones. Vale decir que cuando le mandé un saludo electrónico de fin de año, respondió con un gif diciendo ‘Feliz Navidad’ cantado por mariachis bien bien cursis. Queda claro que para ella el mundo tiene que ser regulado según su sintaxis feminista pero la tipificación racial no entra dentro de los parametros de la buena conducta. Invisibilidad y memoria selectiva.
Este fue también el año que mi amiga A decidió abandonar a su padre en su lecho de muerte para tener su nuevo hijo en un paraíso terrenal, con el dinero heredado de su padre pero bajo la total convicción de que es víctima del mundo in toto. De manera pasiva agresiva, ella procesa la culpa transformándose en un paradigma del ‘buen vivir’ a través de prácticas alternativas mediante las que supone garantizar la supervivencia de la tierra y el equilibrio ecológico a través de una serie de consultas pagas (con dinero de papá muriendo) vía Youtube con especialistas Pleyadianos que la ponen en contacto con espíritus de otras galaxias (sic). Ese escape no sólo hacia otro continente sino hacia otras galaxias es complementado con toda una serie de relaciones co-dependientes que instrumentaliza a cambio de dinero (obviamente, de papá) transformándolas en escudos para esconderse aún más de la realidad. A pesar de esto, A, de vez en cuando, decide hacer apariciones en la realidad pero cuando lo hace, eso ocurre, con el manual del ‘buen vivir’ bajo el brazo. Así, al sentarse en un restaurant y ver a una madre dar la mamadera a su hijo, dice, en voz alta: ‘Qué facil es desentenderse así de tu propia carne?’. La falta de compasión de ese comentario hizo que yo levantara una ceja ya que el amamantar además de depender de cada caso en particular es una cuestion de clase y tiene que ver con tener el tiempo, el espacio y la energía suficiente para hacerlo. Asimismo, me aleccionó varias veces en no tirar mi floss en el inodoro ‘porque ese plástico va al océano’; sin embargo, las veces que tuve que sacar la basura, eran incontables las botella de Coca Cola Zero y jugo de naranja que iban en la misma bolsa que el resto de los desperdicios. Mientras mirabamos el horizonte, un trabajador no calificado se cruzó y su marido (el de A) gritó: ‘No quiero que mi hija vea a ese Palestino’. Según entiendo, no era palestino sino croata y había emigrado a Grecia para tener un destino mejor.
Durante estos últimos años, el Norte Global se ha venido fascinando por los lineamientos del ‘buen vivir’ de las culturas andinas; una serie de principios supuestamente orientados a vivir y ser feliz con poco. Esto ha sido denominado por algunos ‘miseria digna’ en contraposición a ‘la miseria indigna’ que suele ser más visible, a la vuelta de la esquina, urbana o, mejor dicho, conurbana. Tras los principios de ‘la buena pobreza’ encontramos, casi siempre, una romantización de lo primitivo y de lo rural (en tanto orgánico, ponéle) como depositario de conocimientos ancestrales que, como los emblemas y jeroglíficos en tiempos del barroco, suponen contener sabiduría y conocimientos milenarios que nos permitirían un atajo hacia mejores modos de vida. Sin embargo, como es bien sabido, todo atajo tarde o temprano cobra el precio de la velocidad. Tengo la impresión de que en la vida el conocimiento no es algo que se posea o se alcance sino algo relacional que, en algún momento, nos permite ver las cosas desde diferentes ángulos lo que, en sí mismo, es lo opuesto a ese Faustiano modo de apuntalar los muy resquebrajados egos acelerando hacia adelante, en lugar de revisando las condiciones que provocaron tal grieta en nuestro ser. Vengo de ver la película de dibujo animado Encanto de Disney que trata precisamente sobre estos temas. Creo que el 2022 va a ser el año en el que la pandemia profundizará las diferencias sociales y también la culpa por esa diferencia que sentirán aquellos más privilegiados que en lugar de revisar realmente su lugar en todo esto, acelerarán Faustianamente sin pensar realmente en sus verdaderas condiciones de existencia. Moralizarán todo alrededor de ellos intentando convencerse y convencernos de que están haciendo todo lo posible para equilibrar los desequilibrios pero a la primera de cambio, lanzarán el epíteto racista o incluso sacarán el arma si sus condiciones de existencia se ponen en peligro. En todo caso, creerán estar haciendo lo correcto sin darse cuenta de que hacer lo correcto en tanto tal es un privilegio de clase. El resto, hace lo que puede y lo que se les permite hacer; mientras ellos miran para otro lado.
EL LANPODCAST DE ESTA SEMANA ES CON OSCAR CONTARDO Y DISCUTIMOS EL SIGNIFICADO REAL DEL TRIUNFO DEL MILENNIAL BORIÇ EN CHILE
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SI NO LO LEISTE NI LO REGALASTE PARA NAVIDAD, NO ENTENDÉS NADA… HOY, ESTANCIA LA PAZ (ASCOCHINGA)
Me encantó tu reflexión. Me pasa lo mismo con algunas antiguas amistades. La desconexión afectiva mutua es insalvable, ya no hay puntos en común.
Es un poco el complejo de Peter Pan de los woke, posturas ideológicas vacías de adolescentes eternos, pero de las que ellos escapan cuando su aplicación no les conviene.
La coherencia personal y la tolerancia verdadera is the new punk, Baccio.
Es un tema interesante, me ha pasado con una amiga que me distancie por cuestiones básicamente políticas. Por un momento pienso: es correcto distanciarme porque no pienso lo mismo que ella? Pero por otro, sinceramente no la soporto más y me chupa un huevo si es o no correcto.
Uno de tantos ejemplos: está juntando guita para irse a vivir a España, sin tener laburo fijo allá y siendo una de las pocas personas que tuvo laburo durante la cuarentena e incluso la pareja también, lo cual no es malo en si mismo. Pero después la escuchas diciendo que habría que sacarle la jubilación a los extranjeros para dársela a los jubilados argentinos (???????) Y cosas por el estilo, que siquiera creo que las haya pensado, seguro es alguna hilada que vió en un cartel de Facebook.
Le deseo que termine de juntar la plata para llegar a España, y que cuando le sea momento de jubilizarse, le saquen la plata de la jubilación por ser extranjera !!!
El problema radica en que tanta corrección política, está derivando en incorrección política por reacción. La gente cansada del chamullo solidario sobre reacciona.
Una gran parte de esta solidaridad, empatía y sororidad de la boca para afuera, es bandera en el mundo del arte. Es la nueva careteada.
Los que tenemos algún tipo de contacto con dicho mundo sabemos que no hay nada más egoísta que un artista, salvo contadas excepciones.
La “prédica solidaria” ha venido a reemplazar al rezo. Al decir de Borges; el rezo, la oración y la misa, han sido utilizados históricamente para “reparar” el mal obrar o para esconderlo. La prédica sorora, anti racista, y multi cultural, junto con la militancia de izquierda, es la pantalla que utilizan los artistas para que no salte lo que realmente son; un grupo de egoístas, ególatras y ego maníacos que en el fondo lo único que les importa son ellos, y sus intereses.
1) White Whine lo de tus amistades.
2) Lo que es tener seguridad económica y estar desconectado de la realidad/sociedad…
Creo que proveniendo esas actitudes y comentarios de gente británica blanca de clase media (media alta) o hay nada nuevo bajo el sol
muy bajo el umbral de lo que significa la amistad, o no entiendo como algunos de esos personajes que describís pueden pertenecer a la categoría: “amigos” y no lo digo porque sean volubles o moralmente reprochables, sino por aburridos y claramente pedorros…
la gente frívola que vive para completar items en sus vidas son como las moscas se bañan mucho, pero su ámbito es la mierda…
no importa si la gente es moralmente buena o mala, lo que importa es si son, reales, si son ,honestos, lo mismo que con un artista o su obra.
dejé algunos amigos y siempre lo hice por lo mismo: en un momento te das cuenta que son muertos que no se dan cuenta que lo están…
giles que tratan de flotar
Malditas sean las fiestas q a esos personajes te los coloca en filaa.
Los que van tachando items, me perturban la flora intestinal y estas fiestas fue literal.
Mi panza me decia basta!! De los seres frívolos y competitivos que tienen tanto miedo de mostrar lo que son, de ser reales…o quizás tal véz, ya no existe otra cosa debajo de las caretas y uno es un boludo de esperar algo así como un momento real cuando la generalidad ya es fake!
La estupides es el nuevo sentido común?!
Lo increíble de la descripción en el relato, es que veo, aunque esta ciudad no sea Escocia y que esta gente no comprenda el concepto de “clase” a los gerentes que lucran en el
Gobierno de la Ciudad Larretiano y que y trato a menudo. Un producto brillante de compasión por el diferente estreñido de ña psicopatia de su cinismo.
Las novelas todas buenas recomendaciones. Pero debo decir que los enfoques raciales son realmente acientificos. Es como si investigadores Conicet de la campora subsidio estuvieran todos publicando en las mejores universidades de eeuu.
De hecho estoy bastante podrido actualmente en eeuu incluso historiadores comienzan a explicar la revolucion americana como una rta a la abolicion de la esclavitud de Inglaterra WTF. Que es esto?
Respecto a las amistades yo no juzgo a la gente por como piensan pq se q no voy a coincidir. Ademas siempre para molestar siempre pregunto cual es la cifra de los desaparecidos.
La identificación que siento con este relato es inmensa.
Juro que me siento menos “sola” en este mundo.
ENORME análisis y profundísima caracterización social, política y psicológica (de la burguesía y de la pequeño-burguesía).
Gracias. Rodrigo.
Con esto, para mí (obvio, soy trosko) diste en el clavo: “…o incluso sacarán el arma si sus condiciones de existencia se ponen en peligro.”.
Las condiciones de existencia, la realidad material y lo que muchos olvidan y parecen olvidar (la lucha de clases) y su lugar dentro del régimen social (que implica reproducir socialmente las condiciones de existencia), como opresores y/o oprimidos, es lo que vos (para mí) directa o indirectamente, señalás… Algo así como esto (digo yo): “Está todo bien con las identidades, la tolerancia, lo políticamente correcto, el medio ambiente y los saberes ancestrales, pero… ¡AUMENTAME EL SUELDO, fierita!” (O, en versión troska: “¡DEVUÉLVANME LA PLUSVALÍA, cerdos burgueses!”… Jijijiji).
Abrazo, Rodrigo y que tengas un muy buen 2022.
Bien… Una critica a la modernidad europeista del Norte (el 80% de los bancos que lavan plata en el mundo son europeos)… La mayoria de las criticas que se escuchan aqui (y con razon) son hacia los nativos americanos mal vestidos, corruptos, y sucios; pero si esas criticas la majoria del tiempo son unidireccionales, da cierta sensacion de leer una repeticion de la colonizacion, y ver a una mirada injusta desde arriba hacia abajo… Estoy completamente de acuerdo en que en el futuro, si los mas debiles no dicen nada, las cosas van a ir a peor para aquellos mas necesitados, puesto que son los que mantienen el teatro montado por los mas fuertes… Wall Street (y otros mercados) han subido este anyo un 20% subencionado por la FED con el cuento de producir puestos de trabajo… Eso es una autentica locura (lo normal es de un 3 a un 5% en los mejores anyos), pero casi nadie dice nada… Todos se frotan las manos esperando que el suenyo feliz no se termine… y los mas pobres no se quejen…
La Gestapo de Vidal y de su parejita Quique les desea buenas fiestas a todes menos a los gremialistas, a los choriplaneros y a todes que no sean los que se van a Disney.
https://www.cronista.com/economia-politica/una-gestapo-contra-los-gremios-un-video-revela-que-un-ex-ministro-de-vidal-planeaba-armar-causas-contra-los-sindicatos/
https://www.lmneuquen.com/cherquis-liquido-quique-sacco-es-un-traidor-un-trepador-n860695
Bien que viste Encanto. Creo que a veces pasamos horas hablando de arte que aprecian 3 gatos locos y en un canto de cisne ahogado en su propio ego no vemos el tsunami periódico del mainstream que arrasa y alecciona millones de cabezas. Vi Encanto y la Última de Spiderman alojado en el centro de Mar del Plata y vi lo alejado y pedorro de toda lectura cultural “sería” , que no ve ese tipo de peliculas para entender el mensaje que se baja desde arriba, y mucho menos se le ocurre ver Argentina desde ese ecosistema autoctono llamado peatonal San Martín. Lamentablemente si queremos hablar de cultura debemos comernos esos bofios para entender lo que se viene. Aunque Encanto no es mala
uf que tema las amistades! A veces uno se asusta de las personas que valora como amigos. Si bien es difícil conceptualizar la amistad, por otro lado es fácil poder distinguir cuando no lo es. Uno se siente un poco extrano con aquel que creía conocer, algo así como dicen los psicoanalistas “lo siniestro” .
Un relato familiar y doloroso de leer, gracias una vez más cañete por la reflexión. Por otro lado, me pareció brutal lo de John Mulaney con A. los fans de él cuestionaron muchísimo el timeline de la relación con olivia munn, simplemente no dan los numeros…
Querido Rodrigo: de gente que abandona a sus padres cuando la vejez o la enfermedad llega,, está lleno el mundo. Pero también es cierto que no conocemos las historias de todas las personas y es difícil juzgar. Feliz 2022.
no se si es el caso but….
estar inmiscuyendose en asuntos de famila ajenos es triste, pero ademas juzgar desde esos imperativos topico de putazo viejo es demasiado…
ir anunciando que sos o fuiste un angel con tus padres es casi siempre un cliche del buen psicopata..
Te envidio la tolerancia, como ciudadano del norte global sufro burnout seguido y en su mayoría por relaciones laborales, lo de Grecia es el horror,
Los que tenemos una depresión/ansiedad controlada a fuerza de medicamentos y terapia, una de las primeras lecciones de terapia cognitiva es evitar los triggers, lo que decís de Grecia es cierto, yo hace años que me voy de vacaciones solo porque genuinamente no tengo tiempo para esas escenas, tampoco la energía.
De hecho corte muchos lazos afectivos por eso, se supone que la amistad es algo bueno, te la imponen como señal de salud pero en realidad salvo las amistades genuinas, el resto se parece más a algo maquiavélico..
Y tenes razón sobre el 2022, hoy leí en algún lado que 75% de los empleados en el Reino Unido están cansados y desconformes con su trabajo, quizás sea el comienzo de otra era.
Que devaluada esta la palabra “amigo”..
Me encantó este ensayo sobre la amistad que hiciste, toca muchos temas y siempre te sabes desnudar muy bien, vale tanto para mi poder leer gente así…