La llegada de Jorge Telerman a la dirección del Teatro Colón lejos de sorprender, debe ser entendida como la continuidad de un modo muy porteño de concebir la política cultural. Ex embajador de Menem y desde entonces, funcionario camaleónico de todo gobierno democrático, Telerman se ganó con el esfuerzo de su paciencia para dar el paso adelante en el momento justo un lugar ya estructural en la política cultural argentina. Es más, yo diría que si dicha política tuviera que ser alegorizada en una figura, posiblemente, esta persona sería Telerman. Contrario al Quijote, Telerman no cambia con el mundo sino que se adapta a nuevos desafíos que emergen por la incompetencia de sus jefes y predecesores en el cargo. El suyo es un parasitismo funcional que siempre viene una carga de falta de ética al no irse con el que lo designó y esto es hace que hace sobresaliendo en el no sobresalir. En una movida Loperfidesca, se puso de novio con Cynthia Cohen lo que le asegura un duplex de multiples habitaciones para hacer sus soirées pero la verdad es que es todo una puesta en escena sin substancia ya que ni Cohen es una buena artista ni él es un político cultural con visión. Se podrá decir que hace por lo menos dos décadas que no usa ropa gris sin embargo su ethos es el del hombre gris que espera su oportunidad para tener el cargo que, en honor a la verdad, nadie quiere y esto le viene ocurriendo desde su entrada al macrismo. Esto ocurre en un contexto de achatamiento cultural en el que ese ministerio, desde la época Pacho O’Donnell, viene ostentando una falta de identidad preocupante. Tanto los gobiernos de centro izquierda como los de derecha neoliberal han carecido de creatividad al querer imitar una y otra vez el modelo francés de financiamiento estatal en el que la cultura se presenta como un derecho cívico en una democracia que promete satisfacer todas las necesidades de la gente por el solo hecho de ser un gobierno popularmente elegido. En la Argentina esa primavera democrática termina en 1987 y para contrarrestar el efecto del fin de la esperanza en la psiquis de la gente, el ministerio de cultura aprieta el acelerador y se transforma en un mero programador que tiene una chequera y contrata artista. Es ese el momento en el que el Colón pasa a ser la punta de lanza de la gestión en cuestion, incluyendo acciones y espectáculos al aire libre cuyo exito depende de un programado con una chequera y una agenda. Así, lo que en el mundo anglosajón es un cargo gris reclutado con un aviso en el diario, en la Argentina es un tipo de designación que por razones que uno no termina de entender ameritan notas especiales en los diarios como si hubiera nuevo papa. De algún modo, el modelo de acción cultural de los espectáculos al aire libre y gestion de bajo perfil de las instituciones como, por ejemplo, los museos es la celebración de aquel optimismo inicial en el que, además, el Ministerio o Secretaria de Cultura no se involucra en los debates sociales sino que tiende a encerrarse sobre sí mismo. Es el formalismo del hombre gris transformado en gestión cultural. Esto ocurrió por la falta de visión de un modelo de cultura alternativa de los Ministros de Cultura lo que hizo que debajo de ellos crecieran como hongos o, mejor dicho, como pies de atleta, dos tipos de agentes: por un lado, el personal municipal de planta que conoce los mecanismos mediante los cuales la burocracia puede obstruir las decisiones políticas que, como dije antes, carecen de visión por lo que dicha obstrucción, hacia adentro del municipio, se ve como un acto patriótico justificable. Por el otro, la aparición del supuesto funcionario experimentado que viene en la gestión desde décadas y que no ha logrado otra cosa que transformarse en un personaje de planta permanente sin serlo pero compartiendo el mismo gusto por la mediocridad.
Sin embargo, la llegada de Telerman al Colón fue bienvenida porque su predecesora en el cargo, María Victoria Alcaraz pertenece a una raza aún menos distinguida que ya no es gris sino color marrón caca. A Alcaraz la conozco desde mi época en la gestión cultural y su lugar era el que su marido le conseguía como puntero. Nadie la respetaba y ella siempre fue un encanto pero ocupando ese lugar de mujer de puntero de barrio. Pero en algun momento y sin solución de continuidad, la decadencia de los gestores fue tal y el vacío de recursos humanos alcanzó tamaño nivel que Alcaraz en un enroque quedò al frente del Colón. Este fue el momento Macrista en el que las instituciones culturales quedaron en manos de gente sin estudios y con una capacidad de lectura menor al del promedio. Lopérfido, Alcaraz y Telerman son la tríada que marca esa debacle.
Pero el Colón viene con otro problema que es el ballet estable y la designación al frente de los mismos de personajes de alto perfil que ven en el cargo una revancha de sus viejas epocas de bailarines. La decisión de designar a Paloma Herrera a cargo del Ballet fue lo que sepultó a María Victoria Alcaraz ya que, según cuentan los bailarines, su relación con ellos fue tensa desde un principio. La salida no tuvo la dignidad de las salidas pactadas sino que fue particularmente ruidosa. Mis contactos en el Colón han afirmado sin dudarlo: ‘Acá, el cuerpo de baile no la quiere’. Tras renunciar, Paloma Herrera hizo algo raro que es pasearse por todos los canales hablando mal de los bailarines y eso es particularmente raro. En su lugar, Alcaraz puso a alguien con mucha experiencia como coreografo pero flojo de papeles que inmediatamente llamó a la multipremiada Didi Carli que tiene, lejos, más credenciales que Paloma Herrera. Sin embargo y conociendo los métodos de Telerman, hay un rumor que amerita ser considerado porque se dice que los terminos divescos de su renuncia fue pactada con Telerman para desestabilizar a Alcaraz con la promesa de volver con un cargo mayor. Si Telerman repone a Herrera, lo que hubo en el Colón fue un golpe en alianza entre el hombre gris Telerman y la diva sin ramo, Herrera.
LA NUEVA HORA DE LA PASTELA SE PREGUNTA DONDE ESTÁ EL ARTE Y HACE DE LA CHARLA CON LUCAS MARTÍ, UN DOCUMENTO HISTÓRICO
¡El licenciado Vidriera! De estos personajes, chantas y cleptómanos, está lleno eñ gobierno de la ciudad desde hace muchos años. El parasitismo es un mal argentino: funcionarios sin antecedentes reales que además no concursan, para hacer tareas que los exceden. Y pasan los años y pasan los gobiernos…quedan los artistaa.
Qué plomo este Telerman. En serio que na hay nadie mas que no quiera tomar la dirección del Colon?.
Es que le tienen miedo a Arnaldo Colombaroli, conocido bufarra oficial del teatro con camara fotografica.
En cualquier momento aparece Teresa Anchorena auxiliada por Fabio Grementieri para hacerle alguna lavadita de cara al Colón, o sacar algún libro conmemorativo, o quizáalgún evento de presentación de cacerolas teflonadas, cosa de hacer algún negocito…
Adios Colon!!!! lo va a destruir como hizo con el Argentino de La Plata y Cromagno lugar donde la catastrofe estaloo cuando en su area se debia controlar el estado de los lugares publicos de esoectaculo.
Cromagnon Telerman: no es casual que justo cuando se da este cambio se haya producido un incendio en el Colon….. y no es “cosa e mandinga.”
Que desastre.
Como no recordar las orgías, bacanales sexuales, abajo de la emblemática escalera del Colon, la que comunica (no se ahora con las horrendas modificaciones) sala de maquinas, mantenimiento…, por donde curiosamente pasaban los Bailarines (hombres y mujeres) en busca de sus operarios de turno, mantenimiento (en todo sentido) empleado de maestranza, para encuentros sexuales dignos hoy x hoy de un perfil de OnlyFans.
El mismísimo Julito Boca tenia sus fijos y way que alguien se lo quite, en verano la joda se podía dar y/o continuar en la terraza del Mítico Teatro, pero esa es otra historia, como los encuentros Sex en salón del Teatro San Martín, quien recuerde algo…, que levante la mano y pare la cola.
https://www.ambito.com/informacion-general/teatro-colon/se-activo-el-sistema-alarma-incendio-el-y-evacuaron-todo-el-personal-n5391053
Telerman te agarra lo que venga y en el espacio político que sea!
Debe ser uno de los tipos más jetones de la rosqueta vernácula.
Y siempre sale impune.
Como nuestro intendente porteño!
Existe como un respeto que se impone en nuestra sociedad hacia la bocha calva y brillante!
Reminiscencias sarmientinas!
El flamante Director del Teatro Colón, Jorge Telerman, podría representar una bocanada de aire fresco frente a la decadencia cultural de la casa porteña de la ópera, pero antes de poder respirar ese aire debería llamar a un fumigador profesional para limpiar el nido de ratas que deja la gestión de María Victoria Alcaraz.
Desde la asunción de Alcaraz como directora del Teatro, la importancia de la dirección artística parece haber tomado un rumbo un tanto escabroso, diluyéndose entre shows “populares” y contratos, cuanto menos, cuestionables que no se acaban con un cambio de cabezas. Enrique Diemecke, director general artístico, es uno de los jerarcas que con sus múltiples viajes al exterior habría dejado el Colón en las pringosas manos del verdadero patrono tras bambalinas: Martín Boschet, director ejecutivo y al mismo tiempo proveedor desde el Grupo ARS que gerentea junto a su esposa Liana Vinacur. Una incompatibilidad total con la Ley de Ética Pública.
Boschet, experto en marketing formado en las filas de la agencia publicitaria Grey, se fue escandalosamente del teatro en 2008, luego de que se hiciera público que cobraba el doble del salario máximo impuesto por el GCBA para su categoría. La gota que rebalsó el vaso y lo impulsó fuera fue gestionar la presentación de unas zapatillas Converse en el Centro de Experimentación, un acto totalmente ajeno a la tradición cultural de tal casa.
¿Por qué retoma su cargo (y abultadísimo sueldo) en 2016? Según fuentes del teatro, inflar sus bolsillos, los de Alcaraz y la caterva de amigos productores que habrían montado un teatro paralelo de lo más variopinto. Star Wars, Disney, La Berisso, Colón para Bebés, Colonia de vacaciones, son solamente algunos de los dudosos espectáculos que se subieron al escenario junto a las cantantes líricas y el cuerpo de bailarinas.
Benito Alcocer Flores, asistente y representante de Diemecke, es uno de los implicados que comenzó como director de la Filarmónica en 2010, cargo del que fue destituido al corto plazo. Regresaría en 2019 con un exorbitante contrato por 432 mil pesos bimestrales. La indignación habría sido tal ante la publicidad de semejante cifra que fue luego rebajado a 112 mil.
Dos años antes, en 2017, supuestamente sin siquiera estar en el país, Alcocer fue beneficiario de cuantiosos contratos por la dirección artística de varias óperas.
Taja Producciones es la productora del Festival Únicos que viene dando desde hace años shows populares en el teatro, con la dirección de Avelino Tamargo, ex legislador del PRO. Hasta mitad de año habría contratados shows privados con entradas por miles de pesos. Todos negocios aprobados directamente por la dirección ejecutiva de Boschet, pasando por alto a las direcciones artística y administrativa que, a diferencia de su cargo, sí se encuentran en la nómina del Colón.
Con la excusa de “democratizar” y “abrir el Colón a la sociedad” se ha diluido la función primordial del teatro que según la Ley de Autarquía es “la creación, formación, representación, promoción y divulgación del arte lírico, coreográfico, musical –
sinfónico y de cámara – y experimental”. Democratizar la cultura no es hacer este tipo de negocios ajenos a un teatro público y de la talla del Colón, lo sería tal vez ofrecer abonos para estudiantes y entradas accesibles para las temporadas del ballet estable, la filarmónica y la ópera.
Estos shows populares no ponen en riesgo solo la tradición cultural del teatro, sino también su condición edilicia. Por ejemplo, circulan videos del show de la Beriso con sus asistentes saltando en los palcos y generando daños en las plateas. Sin ir más lejos, el festival Únicos presentó en 2018 al DJ Hernán Cattaneo, que habría llegado a superar los 105 decibeles de intensidad, cuando el máximo que puede soportar el salón para no sufrir daños es de 90.
“Quitar a Alcaraz y dejar a todo el resto es un despropósito, es lo mismo que continuar todos los negocios, todas las empresas vinculadas a estos eventos pasan por este señor (Boschet)” afirmó una fuente de alto cargo dentro del teatro. No se estaría respetando tampoco la programación que debería tener éste como teatro público. “Cancelan espectáculos, no devuelven el dinero de los abonos o los devuelven tardíamente con la moneda devaluada. Es una degradación que está llegando a límites intolerables” sentenció.
El Teatro Colón araña el 40% de la recaudación pública destinada a cultura de la Ciudad, con presupuestos más altos que Hábitat y Vivienda. ¿Cómo puede ser que se utilice el erario público para negocios privados? “Ha habido cócteles, desfiles privados, la presentación de un trago Negroni con vedettes subidas al escenario. Este señor (Tamargo) dispone del Teatro Colón cuando se le antoja”. Se ha convertido efectivamente al que debería ser un teatro de primer nivel en el mundo en un Salón de Usos Múltiples para el goce y recaudo económico de algunos.
Santiago Talledo, empleado de Boschet en el Grupo ARS, sería otro de los beneficiarios de contratos por “coordinación de la producción de la OFBA”. ¿Audiovisual la filarmónica? Sí, así como leen. Según fuentes del teatro, fueron directamente a la Dirección Ejecutiva de la OFBA a preguntar por el nuevo compañero. No lo conocía nadie.
Caso más extraño el de Diego Armengol, supuestamente protegido por la gremialista de SUTECBA y proveedora del Colón Andrea Merenzón: Armengol ostentaría dos cargos públicos al mismo tiempo, estando a la vez en la Orquesta Sinfónica Nacional y en la Estable del teatro. Constitucionalmente, nadie puede acumular dos o más empleos o funciones públicas rentados.
Quienes no están de acuerdo con esta dirección paralela del teatro en manos de Boschet se tienen que ir, comenzando por la escandalosa salida de Paloma Herrera, ex Directora del Ballet Estable, luego de denunciar el mes pasado que le querían imponer un cuerpo de bailarinas sin la capacitación necesaria. Este mediático conflicto se dio directamente entre Herrera y Boschet, ¿quitar a María Victoria Alcaraz es la respuesta correcta? No es un mal comienzo, pero mientras todos sus subalternos del teatro paralelo sigan en sus cargos, no puede haber un verdadero cambio.
También habría tenido que retirarse de su cargo MJ, luego de no querer aceptar pasar un porcentaje de su sueldo a Elisabeth Sarmiento de la Dirección de RRHH. Habría muchos casos de empleados que cobran un sueldo y luego deben devolver una parte de él. Sarmiento y su hija María Fernanda Sarricchio son también conocidas por dar capacitaciones laborales para el PRO.
Lucas Ariel Bustos, muchacho vinculado a la danza y quien sería sobrino de Boschet, también se vio beneficiado con cuantiosos contratos para la temporada de danza del ISA.
Quien habría arrancado como coordinadora de giras del Colón Federal, Sonia Stigliano, se fue moviendo de cargo en cargo con distintos contratos a su nombre: Investigadora del Plan Anual del Colón Federal y finalmente Asistente del Coordinador General Artístico. ¿Cuál es el problema? Según altos directivos del teatro, en el 4to piso donde funciona la Dirección Artística al mando de Diemecke, nadie la conocería. Ni siquiera su secretaria AM.
Otro eyectado por no cumplir con las extravagantes exigencias de Boschet y asociados sería F, quien luego de ser presionado por Andra Morbelli, secretaria de Diemecke, para firmar una orden de compra por $7.298.000, se negó por no haber hecho ningún pedido de compra de cuerdas para los músicos. Pedido de licencia y finalmente dado por despedido, revela que solo había elevado dos marcas meses antes, y en la compra que llegó no coincidían ni las marcas ni con la orden de compra elevada.
Por supuesto, toda la asistencia de estas estructuras paralelas a la función del Teatro, deben ser atendidas por el equipo técnico del Colón, quienes además continúan trabajando en la verdadera temporada de ópera y ballet, esmerilados por tener que seguir las directivas de estos personajes ajenos a la cultura.
El ISA, por ejemplo, desalojado del teatro y supuestamente mudado a un sucucho de oficinas sin siquiera agua para que los bailarines tomen una ducha. La camerata del mismo, retirada de su beca y utilizada como show con propósitos electorales. Los talleres, también desalojados. Los músicos retirándose porque el escenario estaba ocupado por Los Palmeras. Funciones privadas de Panamerican Company, presentaciones de productos de empresas privadas. Todo vale.
Algunas de estas creaciones habrían permitido contratar por altas sumas de dinero a FUNDECUA, la productora de la gremialista Andrea Merenzón y directora de Radio Nacional, contratada para realizar shows para niños en el Centro de Experimentación. Así también habría Alcaraz encontrado la manera de apartar al director del CETC, que consideraría un espía macrista opositor a la política de virtual privatización del teatro de Boschet y amigos, gente fiel al Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
Finalmente, esta nota de varios trabajadores del Teatro se hizo pública entre círculos de amantes de la cultura: es desesperante.
“Los trabajadores del Teatro Colón manifestamos tras el nombramiento de Jorge Telerman la enorme preocupación por la permanencia y confirmación en sus cargos de quienes colaboraron estrechamente con la directora saliente en la persecución de trabajadores, sanciones con expedientes, maltrato laboral y elaboración de listas negras con la complicidad de delegados gremiales y corrupción en el área de RRHH. Asimismo solicitamos de manera urgente el desmantelamiento inmediato de las estructuras paralelas con las que la directora saliente manejó el Teatro Colón, direcciones generales y cargos creados exclusivamente para justificar una caja para la corrupción y la restitución en sus cargos de quienes fueron echados del Teatro Colón víctimas de estas direcciones. En el Boletín Oficial hay una gran cantidad de personas que nunca pisaron el teatro y supuestamente trabajan en el área Artística con contratos temporales y unidades retributivas de planta gabinete (familiares y personas con residencia en el exterior), sin embargo las orquestas no han podido completar sus cargos vacantes y tanto la Dir. General como la Dir. Artística se negaron a atender a sus integrantes. Los cargos, las direcciones, y los contratos de funcionamiento se fugaron a otras áreas. Solicitamos al nuevo director que intervenga inmediatamente para que los que cobremos dignamente seamos los trabajadores del Teatro Colón y cesen de inmediato las persecuciones y castigos”.
¿De qué sirve cambiar la dirección del teatro si toda la estructura paralela y ajena a las funciones primordiales del mismo sigue manteniendo el poder? Jorge Telerman tiene un gran desafío por delante si decide hacer un verdadero cambio de rumbo. De lo contrario, nos encontraríamos de vuelta ante otra María Victoria Alcaraz, dejando ser y dejando pasar los oscuros negocios del oscuro personaje Martín Boschet y asociados. Es urgente repensar la dirección que va a tomar el Colón antes de seguir con su total desmantelamiento. El Masterplan no funcionó, antes de intentar restaurar el teatro hay que limpiar el nido de ratas que lo gestiona.
Interesantisimo Gracias por tanta data Concuerdo con tu planteo pero no creo que mejioe con Telerman habida cuenta su destruccion del T A de La Plata
Estñve es copy de La Derecha diario Nota muy reveladora y que detalla el horror delos ultimos años
Por qué me suena tanto el nombre de Sonia Stigliano? No se dedicaba al cine en alguna época?
Que tiene esta mujer en la mirada?