Hace rato que tengo la idea de deconstruir, primero, para luego poner en acción uno de los principios en los que me inspire para crear este blog y luego para mantenerlo con disciplina de monje durante una década. Este régimen monacal era… y fascinó a algunos porque marginaba la vida social y personal para poner a un blog muy disciplinado aunque no lo parezca, al servicio de un fin político, en el sentido más amplio. Lo personal y lo social quedaron totalmente relegados como si se tratara de una variante mística de la religión o del method acting. Seguramente muchos no me creerán cuando digo que nunca disfruté de las Red Carpets ni del chisme del mundo del arte y era como si, a medida que pasaba el tiempo, hiciera lo posible para olvidarme de que era parte de mi compromiso con los lectores.

Mi Mejor Amiga Producto de una Traición
Mi amiga Alejandra Ottolenghi (cuyo verdadero nombre preservo de los searchs en Google pero aquellos que saben de mi vida o que conocen ciertos circuitos sabrán de quién hablo), me dijo una y otra vez: “Si, pero es lo que atrae a la gente”. Hasta el día de hoy no sé si ese es el caso ya que cuando mi nombre, mis textos o, muy excepcionalmente, acepté estar en una entrevista o algún programa de radio o TV, la cantidad de lectores difícilmente variaba. El lector del blog era y sigue siendo un lector de élite, de un nicho muy específico. Es un lector blanco pero geográficamente disperso y no solo limitado a la Ciudad de Buenos Aires. Es un lector informado pero por la falta de acceso a recursos intelectuales qué pesa sobre la Argentina, tiene limitaciones y es ahi donde el blog transforma lo visual en un intelectual commons. Lo que el blog tuvo desde sus comienzos es una mezcla de melodrama presentado como humanismo, con los problemas de ambos casos y una gran generosidad intelectual, no solo mía sino de gente como Alejandra Ottolenghi, quien, sin dudas, tiene un lugar en esta vanguardia aunque, equivocadamente, lea esto como una agresión.
Alejandra fue esa persona que reemplazó a Jenna Mack como confidente. Esa persona a quien volver cada dia para transformar en relato el caos de la vida. Pero la traición como el racismo son afrentas que ocurren en la minucia y no en lo espectacular. Son micro-agresiones. Fue Alejandra quien me alentó a estudiar algo que me hizo ver sus limitaciones y mezquindades y una vez más en mi vida, cuando quise llevar la relación al siguiente nivel, no pudimos. Ese es, creo yo, el momento de decir adios.
Putos Peregrinos
Esto no fue diseño mío sino que surgió de la interaccion con los sectores supuestamente cool que tras enviar una seguidilla de emisarios gay: Facundo Garayalde haciéndose el amigo, por telefono; el puto Por Salut y otro entre oso y otter que estaba casado con alguien a quien ni siquiera consideraba pare de su vida. Este sujeto, cuyo nombre no recuerdo, habia tenido un cargo en la Csasa Rosada. Era una especie de Martin Etchevers de Clarin pero sin la abnegación por Rendo y Magnetto de este ultimo sino un desvirtuado sentido de chupamedismo a alguien como Jessica Trossman que me llamaba diariamente para decirme cuanto me admiraba su “socia”. Por qué no me llamaba la socia, entonces? Lo cierto es que cual Mata Hari cumpliendo una misión, tras conseguir una audiencia, digámoslo asi conmigo, fue nombrado por Trossman algo en ese fracasado outlet que quiso transformar en boutique supertop de la era de la estetica trash.que la diseñadora colaboró a construir y cuya falta de sustancia, como advertimos una y otra vez en el blog, acabó deglutiendo, primero al mercado y luego a sus cancheros protagonistas.
En el grupo de puto peregrinos no podemos olvidarnos de Mariano López Seoane y su entonces marido, a quien califiqué, como El Potus porque la única gracia que tenía era quedarse parado y fruncier el ceño (de vez en cuando). Sin embargo, la estrategia de encantamiento de la elite cool en ese primer momento era muy Medici y era esperable pero se de frente con dos problema. El primero era que la medicina galénica como paradigma ya habia sido superado hacia varios siglos por lo que la fascinación no es el resultado de la influencia sobre la anatomía humana sino sobre su psicologia. Estos argentinos ya no contaban con mucho mas que un heredado e irracional sentido de su propia excepcionalidad lo que, a su vez, es uno de los legados de la Dictadura y su transicion de un peronismo industrial a un pais de mesas de dinero y especulacion. Es precisamente ahi donde lo unico que le queda a ese grupo social son dos cosas. La primera es aprovechar las idas y venidas especulativas que,historicamente, los encuentra mas o menos cerca de ciertas manos distribuidoras (Awada, por ejemplo) y la segunda es mas psicológica o, para ser mas preciso, “fetichista”. Esta gente se aferra a ciertas ideas como Nacion, UBA o Borges para seguir reclamando excepcionalidad mientras se cierran para solo abrirse cuando tienen certeza de que están vendiendo esa patria que tanto dicen amar.
La pregunta que yo hice desde el blog a este sector en un primer momento fue fúndante de mi proyecto y fue al hueso. Qué es ser cool en la Argentina y quién lo determina? Lo que fue acompañado por un por qué alguien entregaría su poder para someterse a él? La respuesta mostró patologías, miedos y soledades de una ciudad como Buenos Aires que es un mundo en si mismo pero tambien unp paramo al final del mundo cuya ventaja comparativa quedaba cada vez mas evidente no eran sus internacionalmente sexualizados habitantes sino sus recursos naturales. Cuando la respuesta a la pregunta de por que someterse a la autoridad del autodenominado grupo cool era la de ser invitado a participar en, por ejemplo, uno de los almuerzos en Punta del Este organizados por el Grupo Mass donde, para dar un ejemplo, Marcia Schvarz, la artista militante K por definicion, cual prostituta, se vende a quien pague mas, elogia a la nieta de Amalita por serlo y prostituye el legado de su madre Hebe Clementi a quien yo contrate como asesora y conoci personalmente sin dudas en atacar a dos conceptualistas políticos como Roberto Jacoby o yo mismo, el resultado es tan triste que quedan pocas alternativas. Argentina se había vuelto loca. La realidad habia superado a mis proyecciones y esto planteaba cuestiones mucho mas existenciales que me acercaban mas al gusto por la paradoja, el absurdo de un anti nacionalista como el escritor y dramaturgo “Polaco-Argentino” Witold Gombrowicz quien, mientras se iba de la Argentina donde vivió veintiun años.
La Witoldización de LANP y la Alan Paulización de los Panessi Boys & Girls
Pero como pasamos de la indiferencia que demostró el mundo cultural argentino por quien a partir de los 1960 se transformara en una de las personas mas prestigiosas de la intelectualidad europea ganando la beca de la Ford Foundation y luego el Prix International y dando su maravillosa serie de clases de historia de la filosofía a dos de sus amigos, al intento de exterminio del que yo fui objeto en manos de la elite de derecha e izquierda local y del avance del neoliberalismo pacato de la academia inglesa. Mariano Lopez Seoane era parte de una seguidilla de visitas ilustres a las que recibí porque me interesaba observarlas en mi hábitat cual cronista cultural. Yo entendí rápidamente que hoy nadie lee por lo que si la intencion era comunicar una idea el medio no era el libro al que se aferraba la Argentina como si se tratara del cuerpo de Eva Perón.
Seoane apareció con carta de recomendación de un poeta de (Oh, Sorpresa!) la cátedra de Jorge Panessi. Yo sabía quien era Mariano Lopez por Alejandra Ottolenghi ya que habían sido compañeros en la cursada de la materia en Puan en la que ella permaneció como faculty y el no. Esto le dio siempre cierto frisson a Alejandra quien repetia los fracasos multiples del Lopez Seoane recogiendo las migas de sus amiga mas talentosas como ella. A diferencia de ella, Lopez Seoane no consiguió trabajo de cipayo academico en Estados Unidos sino que tuvo que volverse y armar algun quiosco, como por ejemplo, la filial de NYU en la Argentina o heredar de link la catedra de estudios de genero en una Universidad del Conurbano o traducir todo libro de los valuartes femeninos, sin excepcion, de la cruzada romántica que dieron los argentinos blancos estudiantes de estudios latinoamericanos en Estados Unidos desde el 2010. Seoane no solo posó en bombacha y se inyectó esteroides a trocheymoche sino que tradujo fatalmente a Marcela Fuentres y Cecilia Palmiero que, tranquilamente podían haberse traducido solas porque no tienen un nivel de consagración que lo impida. El golpe de gracia del absurdo fue cuando Leonora Djament lo invitó a escribir la introducción al terriblemente leído Cruising Utopías de José Esteban Muñoz.
A Seoane yo lo había visto en algunas ocasiones sociales unos años antes cuando yo usaba la socialidad del Rojas y de la Galeria Benzacar como parte de la base de relaciones con la que arme un constituency de poder con el que logre poner un pie firme en la política cultural. Mi proyecto político era anti-Pacho ODonnell y Lopérfido no porque no me gustaran como personas que debo decir son la nada misma en el sentido más estricto ya que funcionan camaleonicamente de un modo que en el devenir de los hechos también los muestra como portadores de cierta patología. Esto se ve con suma claridad en el desplante de la Sarlo al maravilloso David Viñas que visto desde hoy pone las cosas en su lugar por la fuerza de lo visualmente evidente. Alguna vez tendré que posar mi atencion con mucho mas detenimiento en esos dos sepultureros de planta permanente que son Osvaldo Quiroga y la surrealista conductora de los Siete Locos, Cristina Mucci. Yo creo que el momento en el que me doy cuenta de que LANP se había convertido en vanguardia fue cuando Osvaldo Quiroga no dialogo conmigo en Twitter y al no ser invitado por ninguno de los dos a comentar la Historia a Contrapelo. Yo me merezco esa invitacion, Mucci! Despues te cuento por qué.
Mi Verdadero Interes: La Política Cultural
Pero volviendo a la politica cultural. Los ochentas y noventas fueron décadas de populismo cultural. La elite política argentina no sabía que hacer con ella y estaba entre dos momentos históricos. El tradicional que creía que la cultura era cosa de putos y esposas cornudas y el contemporáneo que entendía que la cultura era desmaterializada y mediática, en el caso argentino, para fines electorales. Así, poco a poco entre los Premios Nacionales como ejemplo del corporativismo endogámico de raza blanca de esa muy hija de puta casta de “artistas nacionales” y las (así llamadas) Políticas de Acción Cultural que Lopérfido y Felgueras llevan al siguiente nivel al tomar como destinatario de sus políticas a un público a la deriva, desocupado y sediento de símbolos e identidades que les permita no enterarse de que, como lo dijo el único pensadora argentino de la segunda mitad del siglo XX, Diego Armando Maradona, ya “la tienen (bien) adentro” y yo agregaría… incluso se les atascó.
Fue recien con Macri que mi proyecto en el que tambien colaborara Benzacar, llegó a tener algún rédito pero yo ya no estaba ahí y claro, fue usado no para modernizar la politica cultural sino para hacer negocios con subsidios a quien no los necesita. Como la UBA. En mi época , la de Duhalde en connivencia con Moreau, lo que hubo es cierto acercamiento de estos grupos de la política territorial al reconocimiento de otro mundo posible pero sus resentimientos de clase y su miedo a que pusiera en peligro su modo territorial heterodoxo de financiar la política, hizo que se jugaran por el medievalismo nacionalista de alguien como Ruben Stella y Victor Heredia, mas cercano al catolicismo de parroquia que al Comunismo y el extractivismo decimonónico de la Chanchorena.
Lo cierto es que todos estábamos equivocados ya que ni al mundo del arte ni a los gestores del arte les interesa la cultura. Ver Viñas en los Siete Locos. Lo que el mundo del arte ofrecía era la posibilidad de acceder a una industria billonaria que salvaría a artistas individuales que se sacaron la lotería de la preferencia internacional como ocurrio con Adrian Villar Rojas, Jorge Macchi o Adriana Minoliti. Pero el error de Macri fue confiar en la calidad vernácula como algo garantizado en lugar de invertir en ella. El contexto de esa historia es el vaciamiento cultural de la Argentina en manos de un Estado que anunciaba su financiamiento paternalista pero hacia lo contrario.
Pero como les decia, yo sabía realmente de Lopez Seoane por Alejandra Ottolenghi y toda informacion que entró al blog de él vino de su parte. A decir verdad, a mi no me parecia relevante la Catedra de Panessi hasta que vi el modo en el que el dinero de los Braun se acercó y ambos mundos quedaron vinculados a traves de mi primer amor de primaria Leonora Djament, asi llamada por ser hija de Leon y Nora, a quienes recuerdo con mucho afecto. El modo en el que Alejandra presentaba eso era entre virtuoso y que ella le daba la info a Leonora. Ese es un lugar, el de King Maker con el que Alejandra fantasea todo el tiempo. En ese momento, yo no entendía el daño que los Panessi le hacian a la cultura, sobretodo, queer y para eso tenemos que posar la atención en mi amiga, sus amigos y la circulación de Perlongher y Muñoz.
La Musa
Ottolenghi es una anomalía en su contexto social. Fue criada para representar la dualidad argentina lo que presupone que hay una fuente originaria de verdad y una mala copia de esta que se usa como arma. Tras comenzar su carrera dando pasos definidos en el mundo editorial como editora estrella, de día, Ottolenghi hacia de musa de Diego Gravinese, Sebastian Gordin y mía en su tiempo libro y a lo largo de tres decadas. Los 90s con el Neo Expresionista Hiperrealista, los early 2000s con el bricolero hipster del Rojas antes de que se volviera loco con Cristina y finalmente, en el 2012 su influencia en loveartnotpeople fue innegable. Alejandra es hija de sus padres, muy inteligente pero con un sentido del deber preocupante que, al emigrar a Estados Unidos y lograr un cargo academico, se transformo en un automatismo esterilizante. La sabiduría de Alejandra fue renunciar a su talento a cambio del seguro medico y alguna razon tiene. El costo es el intelectual como custodio de ciertos valores.
Fin de la Primera Parte.