BEYOND WORDS, CULTURAL CRITICISM, FEMINIST WAYS OF BEING
Cerrar la Grieta a Lengüetazos: Flor Kirchner y Agustina Macri en Pareja

 

“Tenés que borrar eso! Me comprometés!”

Florencia Kirchner y Agustina Macri son pareja. Un cuarto de millón de clicks en un post que cuenta algo que no debería ser tan escandaloso y me fue contado por un amigo con acceso directo total. Una amiga de Agustina que vi en Buenos Aires me llamó, en seguida, y dijo: “tenés que borrar eso, por favor” y agregó “es mala energía hablar mal, Rodrigo. Sabés que te amo y quiero que tengas lindas energías”. El mensaje me dejó helado porque el post de ayer en ningún momento habla mal de nadie. Ni siquiera saca del closet; una prerrogativa y derecho que, sin embargo, reclamo para todo gay tras tanto sufrimiento.

Homofobia Amistosa

Entonces, ¿por qué se me acusa de “hablar mal”? En esos pequeños detalles salta el profundo desprecio patriarcal por lo queer y la homofobia prevalente por debajo de ese velo de Pride y celebración de la homosexualidad que ha tenido secuestrada al sentido y sensibilidad argentinos. Sin ir más lejos, estuvimos juntos en su casa en fiestas en las que la mitad de los participantes eran parejas lesbianas, un treinta por ciento gays y el veinte por ciento restante, “paquis” desafectados. Su mejor amiga está en una relación lésbica pero, en honor a la verdad, pude detectar una jerarquía en lo que, a esta altura, podria ser considerado como una suerte de corte con una jefa (ella), una serie de heteros devaluados y desesperados que incluye gays y varias parejas de lesbianas que son de dos tipos: las en pareja y por lo tanto, “confiables” y las temporarias (que, tarde o temprano, vuelven al campo hetero). Los gays en esas reuniones eran de dos tipos: los que bordean lo payasesco y yo (y agrego a mi grupo a una artista transexual blanca cuya clase la coloca en un lugar mas seguro). La pregunta es, entonces, por qué en el Buenos Aires actual, el lesbianismo parece no ser del todo “homosexual” sino una suerte de “retiro eventual”, un descanso del hombre. A fines del siglo XIX, Toulouse Lautrec retrataba a las mujeres en situaciones lésbicas de recreo laboral tras un día una jornada de trabajo prostibulario.

 

En algo debemos convenir y es que las identidades siempre son un problema ya que nadie es ni totalmente homosexual ni totalmente “paqui” pero que las hay las hay. Judith Butler se equivocó feo al suponer que la sexualidad puede activarse y desactivarse como si fuera una perilla para prender la luz y apagarla. Para ejemplificar lo que digo, la identidad sexual desde un punto de vista de la raza, nos refleja a todos o casi todos como sexualmente racistas. A mi, por ejemplo, no me gusta coger con tailandeses y chinos y por más plural que quiera ser, no tengo forma real de instruir a mi pija que se ponga dura en esas circunstancias.

Violencia Patriarcal de Hembras Odiadoras de Hombres

Pero la ofensa proferida por mi amiga viene bajo una violenta pátina de amor palermitando post-New Age, saturado de “buenas energías” y “amigos” pero, de manera muy poca amistosa, es violenta no solo por el momento en el que es articulada (esto lo reservo para el plano de las transacciones privadas) sino porque esconde un “puñal”: “tenes que sacar esa comunicación… tengo un montón de gente en común…tienes que cambiar la historia del blog…no hablar de la gente y después decis nadie me quiere. La hija de Macri es la mejor amiga de bla bla bla y tengo códigos y no me puedo juntar con vos…. No hablés, Rodrigo”. Como el Joker, a mi se me acusa por impactar a pesar de mi origen y, resulta evidente, que mi condicion de homosexual histórico, mas alla de lo que se dice en Buenos Aires, no es una ventaja sino una prerrogativa de los heteros y de la elite. En la Argentina, el secreto es un lujo de clase y se protege con un entramado de silencios y supuestos privilegios.

Si bien mi amiga se cree fuerte, su reacción, más allá de la homofobia, muestra debilidad y dependencia. Esto confirma mi tesis de que la amistad en la Argentina es, como lo confiesa Diego Valeriano en la entrevista que le hice en mi canal de Youtube, una alianza estratégica más que un encuentro de afinidades. La amistad en la Argentina es una “entente cordiale” defensiva de no agresión entre, digámoslo clarito, cobardes. A esta altura lo que me diferencia a mi de mi país son los huevos y que asumo mi homosexualidad sin debilidades ni payasismos.

The Power of the Chisme

Pero volvamos al debate que nos convocó a casi un cuarto de millón de lectores. Tres comentarios a mi post de ayer marcan el rumbo del de hoy. El primero es de la lectora Andeangelis y va en el mismo sentido que la primera parte del comentario de mi amiga y se me acusa de homofobico por aislar la “homosexualizacion” de Buenos Aires y más específicamente de la elite política como fenómeno. Esto equivale, en tanto analogía, a acusar a un ecologista de anti-ecológico por analizar la cuestión desde un punto de vista que priorice la protección de la naturaleza y habla mas del que lo enuncia que de mi. El segundo comentario que me interesó cruza por el centro al comentario de mi amiga y emerge como mas político y representativo que personal por sus coincidencias. Por su parte, la lectora yuyib reaccionó a mi pregunta de por qué nadie habla de la nueva pareja de la siguiente manera: “Y por qué habría que hablar? Chusmerio de cuarta”. A esto me voy a referir en el post de mañana. Que tenemos los que venimos de abajo sino el chisme el humor y la indiferencia. El chisme y en eso soy una orgullosa autoridad es el enemigo del progresismo de elite. Volvimos. J A T. All rights reserved.

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