La Loba

El debate entre Milei y Massa me dejó algo preocupado. No mucho sino algo. Si tengo que elegir a un ganador, creo que el que salió mejor parado fue, sin dudas, Milei. Su tarea era la de mostrar que es una alternativa a la casta política y Massa se encargó de hacer el trabajo por él. Frente a sus chicanas constantes que lo mostraban sobre-asesorado y ensayado, Milei fue versátil, casual y demostró algo fundamental, que el otro desconoce….sentido del humor.

Hubo momentos en los que los ataques se volvieron personales y ninguno perdió la compostura. Pero no era eso, precisamente, lo que se descontaba de Milei? Al no tener un ataque de nervios, Milei solito gana puntos. Como Trump, construyó poder con un personaje tan inimputable que una performance educada como la de ayer lo transforma en estadista. En este sentido, se presentó como alguien con una carta bajo la manga, mucho más pragmático de lo que pensábamos pero sin perder ese apasionamiento que hace que se lo vea como aire fresca. Sobre qué es la renovación, no queda claro pero el no prenderse en la chicana de escuela primaria de Massa le suma. Los argentinos son estúpidos pero no tan estúpidos como Massa cree que son.

Para ser honesto, a mí los debates presidenciales me aburren porque se trata más de una presentación teatralizada de las “no debilidades” del candidato que de un debate de ideas. Sin embargo, en este caso, algunos amigos míos que pertenecen a la casta política me comunicaron la victoria de Massa y ese, señoras y señores, es un lugar en el que a Massa no se lo puede poner porque ni él se lo cree. Es como si Massa estuviera pidiendo permiso a alguien afuera de cámara todo el tiempo y esto no es que hubiera alguien de carne y hueso apuntándolo sino que su personalidad lo hace parecer tratando de quedar bien con mamá, quien sea que sea. Digo esto a pesar de qué ha tenido logros lo suficientemente importantes como para terminar en las instancias finales de la carrera presidencial. Massa no es otra cosa que la revisión del tipo encarnado por Alberto Fernández que es la epitomización del hombre gris pero en versión infantil.

El fracaso como New Normal

Uno podría decir que Milei encarna una versión alternativa de esa infantilidad del mismo modo que Macri. Mientras este ultimo es un nene de papa y Massa, un nene de mamá; Milei es el nene abandonado por lo padres que ve en su determinación carrieristica el substituto del amor y que, precisamente, por proponerse tener éxito con tanto empeño, va de fracaso en fracaso. De hecho, la Presidencia sería para Milei su fracaso más grande y allí radica su encanto como candidato en este momento de la Argentina.

Si de algo carece Milei es de los rastros comprobables de una vida vivida y es por eso que logra desarmar los ataques identidarios de Massa tratando de buscar en el arcón de la memoria de un ministerio un legajo que prueba que Milei pensaba algo diferente hace una decada. Y uno no puede dejar de pensar: “Y sí, querido. La gente cambia. Precisamente, el legado maldito que recibe Massa por haber tenido la vaca atada desde que comenzó a hacer lo que, Dios sabe qué es, es precisamente la clave de sus dificultades actuales. La dupla Sergio Massa y Cecilia Moreau es la de dos personas que jamás laburaron en la vida real y cuyo trabajo ha sido el de elevar a nivel estético la cruelmente asfixiante lógica de grupos Argentina que somete a todo lobo solitario a este tipo de Inquisicion. Esa es la herencia de la joven generacion Alfonsinista y de la Renovación Peronista. A la sombra de semejante cancer (creo que esta fue la metafora valientemente expresadas por el candidato), Milei se vuelve encantador. El primer momento de su victoria es cuando responde a la chicana de sus errores en el pasado con un: “la gente se equivoca y yo tambien”. Eso en un candidato presidencial argentino es enorme. Pero ademas, es enormemente enorme porque lo que está haciendo es deshacer la ideología que propone en tanto tal para transformarla en un mero instrumento para ir sobreviviendo. Decir que el fracaso es una posibilidad es ir contra todos los principios del Darwinismo ultralibertario de mercado que supone que un error, le cueste la carrera a cualquiera. Si el mercado es un mundo de tiburones, Milei anuncia tolerancia para las mojarritas y revela un lado humano que no se conocía. Del otro lado, tenemos un pragmático que fue a la Universidad de Belgrano, sale de la UCEDE y se nos presenta como el valuarte del progresismo. Me pregunto quien es mas peligroso?

Humor

El segundo momento que marca la victoria de Milei es el chiste de Pinocchio. No fue chicana sino humor y eso trae una frescura para la que no estábamos preparados. El beso escenificado de Macri contra una pareja falsa y amarga de un manco y una modelo avejentada del lado Peronista tiene como contrapartida a un hombre solo que acepta su fragilidad y se permite el humor. No es poco. Repito, no es poco.

Analogías Shakespeareanas

Lo que queda en evidencia es una opción infantil entre dos infantes con diferentes niveles de debilidad mental. Milei, es la mujer histérica; Massa es el bebè eterno tomando de la teta de diferentes madres (Chiche, Cristina, Malena, Cecilia). La opción es catastrófica pero Milei dejo de ser Hamlet para ser Cleopatra a punto de casarse con Marco Antonio (Macri) y sellar su destino trágico. Con esto quiero decir que hay algo de Cristo en Milei en tanto cordero sacrificial de si mismo. No tiene mucho que perder. No tiene prestigio, no tiene familia, la gente lo trata de loco y no tiene fortuna. Lo mas probable es que termine preso en manos de un pacto entre la mafia Macrista y la mafia Cristinista ya que ninguno de estos esta a la altura de los otros como para desarmar el entongue. Sin embargo, y en el camino, su paso por la Rosadas puede haber dejado una serie de preguntas cuyas respuestas alguien, en algún momento, deberá comenzar a responder. El debate lo ganó Milei. J A T